ALERTA: VOLCÁN ISLANDÉS

Una nueva erupción volcánica en Islandia obliga a desalojar otra vez Grindavík y la turística Laguna Azul

Islandia ha vuelto a activar la alerta por riesgo volcánico. Es la octava erupción que se registra en año y medio (desde diciembre de 2023) al suroeste de Reikiavik.

Diana Rodríguez Pretel

Madrid |

Nueva erupción volcánica en Islandia - Imagen de archivo: Almannavarnir / Europa Press
Nueva erupción volcánica en Islandia - Imagen de archivo: Almannavarnir / Europa Press | Europa Press

Las autoridades islandesas han comenzado la evacuación de los cerca de 4.000 habitantes de la ciudad de Grindavík y alrededores tras un enjambre sísmico y “la inminente erupción volcánica”, según avisa este martes un comunicado de la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO).

El enjambre sísmico en la península de Reykjanes ha comenzado esta madrugada en el cráter de Sundhnúk, “en un área similar a la de las anteriores erupciones”, seguido de una deformación y cambios en la presión de los pocos operados por una empresa energética islandesa. Bajo la superficie, el magma ya se reparte por unos 11 kilómetros, una longitud inédita desde noviembre del año 2023. La erupción volcánica ha dado paso a la lava y el humo, aunque solo se han registrado daños materiales.

Evacuada la famosa Blue Lagoon

El espectáculo de magma y humo de momento no está afectando al tráfico aéreo en la llamada “tierra de hielo y fuego”, pero sí a la vida normal en Grindavík (a unos 42 kilómetros de Reikiavik) y a la turística Blue Lagoon (Laguna Azul), un conocido balneario de lujo y complejo geotermal que se ha convertido en una de las atracciones más visitadas del país con casi 2 millones de personas que acuden cada año.

Hay que decir que el sistema volcánico Fagradalsfjall, que tiene unos 6 kilómetros de ancho y 19 kilómetros de largo, había permanecido inactivo durante más de 6.000 años antes de las recientes erupciones. En 2024 una erupción en la misma zona acabó causando importantes daños en viviendas y carreteras, obligó también al desalojo de Grindavík y muchos de sus habitantes ni siquiera han podido regresar a sus casas.