Aunque la decisión tomada por Johnson entra dentro de la legalidad, los críticos exigen que introduzca una excepción dada la extraordinaria importancia de la situación, habida cuenta del constante rechazo del Parlamento a los diferentes planes para la salida del país de la UE, presentados por el anterior gobierno de Theresa May.
Destacados políticos laboristas como el canciller "en la sombra", John McDonnell, se dirigirán a los presentes a las puertas de la oficina del primer ministro, en Downing Street, mientras que el líder del partido, Jeremy Corbyn, ha dado su pleno apoyo. "Quiero animar a todo el mundo a que se una a las manifestaciones de este sábado", ha declarado. "La indignación que Boris Johnson ha provocado al suspender la democracia ha sido ensordecedora", ha añadido.
De momento hay protestas previstas en Londres, Birmingham, Manchester, Liverpool, Newcastle, Bristol, Glasgow y Swansea, a las que se sumarán más de 80 marchas a lo largo de la próxima semana.
Uno de los grupos organizadores, Momentum, ha denunciado a Johnson por "aprovecharse de un vacío en este fallido sistema democrático que tenemos para impulsar un acuerdo de Brexit que antepone su relación con (el presidente estadounidense, Donald) Trump por encima de todo", ha denunciado la coordinadora de la organización, Laura Parker.
El pasado fin de semana, durante la cumbre del G7 en Biarritz (Francia), Johnson usó la posibilidad de alcanzar un acuerdo comercial específico con Estados Unidos para convencer a la población de que el país sería capaz de absorber el impacto de una salida de la Unión Europea.
Scotland Yard ha avanzado en un comunicado que está preparando "un plan proporcionado" y ha avisado de que cualquier incidente "será respondido de la manera apropiada".