SAVE THE CHILDREN

El matrimonio infantil, acrecentado por la crisis climática

La campaña "Casarse no es un juego", de Save the Children, busca visibilizar las consecuencias de esta práctica

Natalia Loizaga

Madrid |

Audio: Natalia Loizaga / Imagen: ONU

El matrimonio infantil tardará trescientos años en desaparecer. Mientras tanto, las cifras siguen aumentando. Ahora mismo, son doce millones, según datos de la ONU, las niñas que han sido obligadas a casarse.

"Esta práctica les roba la infancia, les impide continuar con su educación, las condena a violencia y expone a embarazos precoces", alerta Arantxa Osés, portavoz de Save the Children. Se convierten en adultas prematuras, obligadas a encargarse de las tareas del hogar y a hacer frente a embarazos precoces.

Penda, una joven de Senegal, pudo seguir estudiando gracias a uno de los programas de esta organización. "Tenía quince años cuando mis padres me quisieron dar en matrimonio a un amigo de la familia", cuenta.

Causas de los matrimonios infantiles

La pobreza y los conflictos armados contribuyen a la puesta en práctica de los matrimonios forzados. Crecer en un hogar menos pudiente, supone tener cuatro veces más posibilidades de contraer matrimonio antes de cumplir los dieciocho años. Del mismo modo, vivir en zonas de conflicto aumenta en un 20% la probabilidad de casarse siendo menor.

A esto se suma la crisis climática. Dos de cada tres matrimonios forzados se producen en regiones con alto riesgo climático, como Sudán del Sur, Etiopía o Mali. Los desastres naturales provocan el cierre de escuelas y, por consiguiente, el fin de la educación de las jóvenes.

En el continente africano las cifras se disparan. Níger es el país con mayor índice del mundo, en el que un 76% de niñas son casadas en contra de su voluntad.