Los hechos denunciados datan de 2009, cuando Darmain, que ahora tiene 35 años, formaba parte del partido conservador UMP y era un allegado del expresidente Nicolas Sarkozy, de quien se distanció tras entrar en el Ejecutivo de Emmanuel Macron.
La denunciante, que la prensa identifica como Sophie Platz, de 46 años, acusa a Darmanin de haberla violado en una habitación de hotel a cambio de que interviniera en un asunto judicial en el que estaba implicada, según el vespertino "Le Monde".
Junto con el testimonio de la víctima, la abogada ha adjuntado los mensajes telefónicos que se intercambiaron en la época Darmanin y Spatz, que asegura que antes de ir a la habitación del hotel cenaron juntos y estuvieron en un club privado.
En uno de esos mensajes, la denunciante escribe: "Cuanto esfuerzo me costó follar contigo para que te ocuparas de mi caso". A lo que el ahora ministro respondió: "Tienes razón, sin duda soy un sucio gilipollas ¿Cómo puedo hacer que me perdones?".
Según las fuentes, una primera denuncia fue presentada en junio pasado, pero la presunta víctima no acudió a las convocatorias de la Fiscalía, por lo que fue cerrada un mes más tarde.
"Le Monde" asegura que la denunciante no quería acudir sola a los interrogatorios pero que, tras cambiar de abogada, decidió volver a presentar la demanda este mes, lo que provocó que se reabriera la investigación el pasado lunes.
Las fuentes indicaron que fue interrogada el pasado jueves y agregaron que Darmanin presentó, tras la primera querella, una denuncia por acusación calumniosa contra la presunta víctima.
El ministro desmintió esas acusaciones en la emisora "France Info" a mediados del mes pasado.
En declaraciones a "Le Monde", los abogados del ministro aseguran que la única finalidad de la denunciante es manchar la reputación de su cliente y recuerdan que en el pasado fue objeto de una condena penal por chantaje.
Precisamente esa condena, dictada en 2004, es la que motivó que Spatz acudiera a Darmanin para pedirle que intercediera en el Ministerio de Justicia para que fuera revisada, convencida como está de que es inocente de la misma, según relata a "Le Monde".
Durante años, la denunciante acudió a varios miembros del partido conservador UMP, del que era militante, para contar lo que sucedió con Darmanin, pero ninguno le apoyó.
Deprimida, Spatz decidió acudir a la justicia cuando Darmanin fue nombrado ministro por Macron.