Un terremoto de magnitud 7,8 sacudió la pasada madrugada el centro de Turquía y el noroeste de Siria dejando a su paso, al menos, medio millar de víctimas mortales, según señala Reuters. Asimismo, también se han registrado movimientos terrestres en los países colindantes de Chipre y Líbano.
Según declara el vicepresidente turco, Fuat Oktay, el país fue agitado "al menos tres veces con mucha fuerza". Además, sostuvo que al menos 284 personas perdieron la vida y 2.323 resultaron heridas, mientras las autoridades movilizaban equipos de rescate y aviones de suministro para el área afectada.
A su vez, solicita asistencia internacional dada la gravedad del seísmo, estableciendo así el nivel 4 de alarma.
Hasta el momento, el gobierno de Sanliurfa (Turquía) informa de, al menos, 18 muertos en 19 edificios derrumbados, mientras que en Osmaniye, las autoridades hablan de 34 edificios colapsados con al menos 7 muertos. Asimismo, en la región de Malatya, al sudeste del país, unos 130 edificios quedaron destruidos, dejando un centenar de heridos y 23 muertos.
En Gaziantep, centro económico industrial del sur de Anatolia, península perteneciente a Turquía, hubo al menos 80 muertos, y en la zona colindante de Kahramanmaras, donde se derrumbaron 300 edificios, se registran de momento 7 víctimas mortales.