La sustancia fue detectada por los investigadores forenses en la pizzería Zizzi, uno de los escenarios en los que se centra la investigación para tratar de determinar quién está detrás del envenenamiento de Skripal y su hija, que siguen hospitalizados en estado crítico. Según el canal público británico, no hay indicios de que ninguno de los clientes que comieron en ese establecimiento el pasado domingo fueran intoxicados por el agente químico.
La pizzería está precintada por las fuerzas de seguridad, así como la casa de Skripal, un pub cercano donde también estuvo el espía el pasado domingo y el cementerio de la localidad inglesa, donde se encuentran los restos de su esposa, fallecida en 2012, y un memorial dedicado a su hijo, incinerado el año pasado. El Ejército británico mantuvo por tercer día consecutivo a efectivos sobre el terreno para colaborar con la investigación policial, en la que participan más de 250 agentes de unidades antiterroristas de diversas regiones del Reino Unido.
Rusia ha negado cualquier relación con el suceso, si bien el ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, ha dicho que Londres responderá si se descubre que Moscú ha estado implicado en el envenenamiento.
La embajada rusa en Londres ha publicado por su parte un mensaje en Twitter en el que establece un vínculo entre el envenenamiento de Skripal y el asesinato en 2006 en el Reino Unido del exoficial del servicio secreto ruso Aleksandr Litvinenko, así como la muerte de otros exiliados rusos. "¡Vaya coincidencia! Tanto Litvinenko como Skripal trabajaban para el MI6", dice ese tuit, que asegura que el oligarca ruso Boris Berezovsky y el empresario Alexander Perepilichny "han sido relacionados con los servicios especiales del Reino Unido".
Berezovsky, exiliado en Inglaterra, fue hallado ahorcado en 2013, mientras que Perepilichny sufrió un colapso cuando hacía ejercicio cerca de su casa, en el condado inglés de Surrey, en 2012.