La sospecha de que la presa de Nova Kakhovka fue volada intencionalmente está en aumento, después de la publicación de datos sísmicos que muestran que hubo una explosión en el lugar a primera hora del martes. Norsar, el Sistema Sísmico Noruego, refleja las señales de una estación regional en Rumania, que apuntaban a una explosión a las 2:54 am.
El New York Times, señala citando a un alto funcionario de la administración de Biden, que los satélites espía de Estados Unidos también habían detectado una explosión en la presa justo antes de su colapso, aunque no concluye su origen.
El gobierno ucraniano asegura que las fuerzas de ocupación rusas tenían el control de la infraestructura hidroeléctrica en la parte superior de la presa y la estaban manipulando en el momento de la explosión. Expertos en explosivos han señalado que es mucho más fácil volar la presa desde el interior que desde la distancia.
Asimismo, el servicio de seguridad ucraniano ha publicado una supuesta llamada telefónica que probaría la responsabilidad rusa en la explosión de la presa aunque no se ha podido verificar la autenticidad de la llamada. Los funcionarios ucranianos han lamentado que la versión de Kiev sobre la destrucción de la presa, que fue volada desde el interior por las fuerzas rusas, aún no haya sido confirmada por agencias de inteligencia de Estados Unidos, Reino Unido u otras.
"Para destruir la planta desde el exterior, se habrían tenido que arrojar al menos tres bombas aéreas de 500 kg cada una en el mismo lugar. La estación fue volada desde el interior", ha señalado Ihor Syrota, el director general de la empresa de energía hidroeléctrica.