José del Río, el español que conducía el convoy que circulaba detrás del que sufrió la explosión el pasado martes 22 de marzo, cuenta que escuchó todo lo que ocurrió por la radio e invitó a sus pasajeros por megafonía a evacuar el metro con tranquilidad sin decirles qué pasaba. En el momento de la evacuación pensó en cómo lo haría el capitán de un barco o el piloto de avión, que tenía que mantener la calma para no contagiar su nerviosismo.
"Si hubiera estallado cinco minutos antes la bomba, hubiera estado en mi metro", asegura el conductor. Cuenta que al oir a su compañero pasar los mensajes por la radio interna del metro, lo primero que hizo fue "seguir el protocolo".
Pensó en cómo le gustaría que lo hiciera un compañero si su familia era la que iba en su tren. Así que decidió salir de la cabina y permanecer de pie para que todo el mundo le viera y no pensaran que pasaba algo. "Si yo hubiera estado dentro del vagón y hubiese visto al conductor correr o esconderse, me hubiera puesto más nervioso al saber lo que hubiera pasado en el aeropuerto", señala.
"Todos sabíamos lo que había pasado en el aeropuerto, nos preguntamos por qué no se cerraba la línea", señala. Según el ministro de interior, la orden de evacuar las estaciones de metro y de tren se efectuó a las 8.50 minutos.
Pero desde la STIB, la empresa encargada de los transportes públicos, aseguran que el mensaje nunca llegó. "En ningún momento a nosotros se nos indicó que tuvieramos que desalojar las estaciones de metro", asegura el conductor del convoy.