ALEMANIA

Alemania acude a elecciones sin Merkel y con el escenario abierto

Este domingo los alemanes viven unas elecciones inéditas en las que el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) se postula como favorito en un contexto marcado por la debilidad de los grandes bloques que, se prevé, habrán de recurrir a futuras alianzas

ondacero.es

Madrid | 26.09.2021 10:51

Ángela Merkel, canciller alemania | AGENCIA EFE

Este domingo los alemanes viven unas elecciones inéditas en las que el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) se postula como favorito en un contexto marcado por la debilidad de los grandes bloques que, se prevé, habrán de recurrir a futuras alianzas.

Mediante estas elecciones Alemania deberá elegir a los miembros que ocuparán el Bundestag (Cámara Baja) durante la próxima legislatura después de dieciséis años en los que Angela Merkel ha estado al frente del Gobierno. La veterana canciller desaparece de las papeletas desencadenando la incertidumbre sobre la posible reconfiguración del panorama político.

La fragmentación del voto

Aproximadamente 60,4 millones de ciudadanos están llamados a votar, en torno a 1,3 millones menos que en las pasadas elecciones de 2017, de donde surgió la repetición de la "gran coalición" entre el bloque Unión Cristiano Demócrata (CDU)-Unión Social Cristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD).

Sin embargo, en esta ocasión ninguna de las dos partes parece dispuesta a reeditar dicho pacto. Los socialdemócratas, que figuran por delante en los sondeos tras ir a la zaga durante toda la legislatura saliente, lanzan guiños a Los Verdes, que aspiran a obtener su mejor resultado histórico, mientras que el bando conservador a priori parece inclinarse hacia el Partido Democrático Libre (FDP).

Atendiendo a las encuestas, el SPD presentaría una intención de voto próxima al 25 por ciento, alrededor de cuatro puntos por delante de la CDU-CSU. Los Verdes rondarían el 14 por ciento, el ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) reuniría el 12 por ciento, los liberales del FDP, el 11 por ciento y Die Linke (La Izquierda), el 7 por ciento.

A excepción de la AfD, denostada para pactos en el escenario político alemán, de los votos y escaños que obtengan el resto de grandes partidos dependerá la configuración del gobierno de Alemania. Un gobierno que, según los vaticinos aritméticos, implicará una coalición de al menos dos partidos, cuestión que ha suscitado los reproches en campaña.

Los candidatos

La CDU aspira a perpetuar su poder de la mano de Armin Laschet, el polémico responsable del Gobierno de Renania del Norte-Westfalia, es decir, del estado más poblado de Alemania. No obstante, pese a figurar como favorito para suceder a Merkel, las polémicas en las que se ha visto envuelto desde el anuncio de su candidatura han favorecido la caída de su bloque en torno a diez puntos.

Aunque Laschet se ha mantenido firme sosteniendo que los resultados están "muy ajustados", en un último intento por apelar a los indecisos que, según un sondeo publicado esta semana por YouGov, es inferior al veinticinco por ciento, polémicas como unas controvertidas risas en plenas inundaciones a mediados de julio no han favorecido la imagen del aspirante conservador.

Laschet ya ha sido adelantado en las encuestas por la candidata de Los Verdes, Annalena Baerbock, y luego, ya de forma más contundente, por el socialdemócrata Olaf Scholz. El candidato del SPD, vicecanciller y ministro de Finanzas en el actual Gobierno, ha ofrecido una imagen más estable que la de su rival de la CDU. Su solvente participación en los debates y su demostrada experiencia de gestión dibujan en él un perfil similar al de Merkel.

Scholz ha sabido beneficiarse también de un declive progresivo tanto de Laschet como de Baerbock, cuyo partido llegó a figurar con una intención de voto superior al 20 por ciento. Sin embargo, en su contra ha jugado su ambigüedad en asuntos clave como sus potenciales aliados tras los comicios, en particular sobre el trato que está dispuesto a dar a Die Linke.

Complejo sistema electoral

Para determinar los pactos, en primer lugar es necesario configurar el número de escaños de cada formación política. Para ello, la legislación alemana establece un sistema múltiple de reparto a partir de dos votos: en uno de ellos, los electores eligen un candidato directo por cada una de las doscientas noventa y nueve circunscripciones, mientras que en el segundo se examinan las listas de partido a nivel regional.

No obstante, al reparto final aún le resta incorporar los denominados escaños adicionales, de tal manera que si un partido recibe en un estado más escaños por el voto directo que por el de listas, se añade un número equivalente de asientos. Esta compensación implica variaciones en el número de escaños del Bundestag en función de cada legislatura.

Los nuevos diputados tomarán posesión de sus cargos un mes después de las elecciones y, hasta que haya un Gobierno en firme, Merkel seguirá siendo la canciller de Alemania en funciones.

Las elecciones de 2017 derivaron en seis meses de conversaciones para tejer consensos y, considerando la volatilidad actual, podrían no estar claras las opciones de la coalición de forma inmediata.

Futuro y pasado de Alemania

En estas elecciones Alemania elegirá al noveno canciller de la Alemania de posguerra, gobernada de forma alterna por la CDU y el SPD y, consecuentemente, entrará en una nueva etapa sin Merkel, a falta de ver si lo hace de la mano de Scholz, de Laschet o, en menor medida, de Baerbock.

La canciller, que finaliza un proceso de retirada anunciado en octubre de 2018, ha esquivado en todo momento las preguntas que le plantean cuál puede ser su futuro político. En cualquier caso, se sumará a una lista de honor que también incorpora -por orden cronológico- los nombres de Konrad Adenauer, Ludwig Erhard, Kurt Kiesinger, Willy Brandt, Helmut Schmidt, Helmut Kohl y Gerhard Schroeder.