A poco más de un mes para que se convoquen de nuevo elecciones, Iglesias mantiene su oferta al PSOE de formar un gobierno de coalición "a la valenciana", con Compromís e IU-UP, en el que él sería vicepresidente.
Sánchez hasta ahora ha rechazado esa opción porque necesitaría del concurso de Dil y ERC (además del PNV) y -dice- eso situaría la gobernabilidad de España en hombros de los independentistas.
Su apuesta sigue siendo convencer a Iglesias de que Podemos facilite un gobierno del PSOE con Ciudadanos, aprovechando su tendencia a la baja en las encuestas y la división que se ha puesto en evidencia con el sector 'errejonista', supuestamente partidario de pactar con los socialistas la abstención.
En ese marco, Iglesias se empeña en hacer ver que la llave del cambio la tiene el PSOE, no él, mientras que Sánchez muestra que el "veto" de Podemos a Ciudadanos es lo que bloquea la salida.
Necesidad de acuerdo
Si ninguna de las dos partes mueve su posición y presenta un resquicio para negociar, el encuentro del miércoles solo servirá para seguir presionando al otro y su utilidad se mediría en clave interna.
Entretanto, el partido de Albert Rivera insiste en buscar que el PP se sume al pacto con el PSOE y en que, si no lo hace, la responsabilidad de ir a unas nuevas elecciones será de ellos.
Rivera, que advirtió al PP hace unos días en una entrevista con Efe del riesgo de basar su estrategia en la "calculadora electoral", sostiene que su acuerdo con el PSOE es "incompatible" con Podemos y lo dará por roto si los socialistas "se alían con los populistas".
"Tendría que ser otro PSOE" el que hiciera eso, ha dicho hoy la portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís.
"No sería el que el se ha sentado con nosotros y nos ha hecho entender que para ellos también es importante que España esté unida y que cree en una España dentro de Europa", ha advertido Villacís sobre los peligros de que el PSOE abra la negociación a su izquierda.
Por su parte, Mariano Rajoy tiene pendiente su anunciada llamada a Pedro Sánchez, a pesar de que éste no quiere ni oír hablar de la "gran coalición".
La llamada de Rajoy podría producirse también esta semana, al tiempo que se aviva el debate sobre su sucesión ante un nuevo escenario electoral que en el PP ven cada vez más inevitable.