La de ayer no fue una buena jornada para el Partido Popular. Por la tarde, Ciudadanos le hizo un descosido a la estrategia popular de retrasar la tramitación de la reforma de la ley de estabilidad. Es decir, dejar para otro día (y otro día y otro día) la reforma que intenta Sánchez para que el Senado no tenga la última palabra sobre la senda de estabilidad y, por consiguiente (que diría Felipe), los Presupuestos.
Juan Carlos Girauta, portavoz parlamentario de Ciudadanos, confirmando anoche, en La Brújula, que su partido rompe el frente con el PP para bloquear los Presupuestos en la Mesa del Congreso, pero marcando distancias también con el PSOE para evitar que la decisión pueda ser interpretada como "una alfombra roja" para que el Gobierno pueda sacar adelante las cuentas de 2019.
Eso sí, esa ley difícilmente saldrá adelante hasta el verano (no es cosa de semanas) y el Gobierno, aunque tiene un obstáculo menos para que haya Presupuestos, sigue teniendo el obstáculo principal que tenía hasta ayer: le negativa del independentismo catalán a sentarse a negociar si no hay "gestos" del Ejecutivo en relación a los dirigentes encarcelados y procesados.
El otro asunto que se le tuerce al PP es Villarejo. No parece probable que ningún dirigente de este partido vuelva a referirse al comisario como las cloacas y llame rehén de la basura a quien haya tenido trato con él. Porque si ayer la noticia era que el marido de Cospedal habló mucho con el comisario sobre invetsgaciones de la Gürtel, hoy la noticia es que la propia Cospedal recibió al comisario en su despacho.
La información que publica Moncloa.com dice que Villarejo y Cospedal se reunieron en la sede nacional del PP, en la calle Génova, en el mes de julio de aquel año 2009. De la grabación cabe deducir que uno y otro se conocieron aquel día.
Se conocieron aquel día, cabe entender, aunque no sabemos si ésa fue el único encuentro que mantuvieron en ese verano de hace 9 años. La cita fue preparada por el marido de Cospedal y fue preparada como "una cita a escondidas". Ignacio López del Hierro recogió a Villarejo en un coche con las lunas tintadas, entraron directamente al garaje del PP sin que nadie pudiera verles y subieron en ascensor con el máximo cuidado de que nadie pudiera verles.