15 de mayo de 2025
María Jesús Montero ya es candidata al liderazgo del PSOE andaluz. Actualmente, ostenta los cargos de ministra de Hacienda, vicepresidenta del Gobierno e intentará compaginar estas funciones con su nuevo rol como secretaria general del PSOE en Andalucía si resulta elegida. Esta doble función ha generado dudas por su viabilidad y ha desatado críticas de la oposición y de su rival en las primarias andaluzas.
Montero, como ministra de Hacienda, tendrá en sus manos la reforma del sistema de financiación autonómica, un tema que afecta directamente a Andalucía y al resto comunidades. Su posición en las negociaciones de financiación singular para Cataluña, respaldada por ERC, ha generado críticas tanto dentro como fuera de su partido.
Luis Ángel Hierro, rival de Montero en la contienda por el liderazgo del PSOE andaluz, no ha tardado en señalar la contradicción que supone su candidatura. Según Hierro, "si Montero quiere liderar Andalucía, tiene que dejar el Ministerio, la vicepresidencia y venir aquí", decía con Alsina en Más de Uno. La exigencia de dedicación exclusiva a la política regional es, para Hierro, un requisito imprescindible para liderar una comunidad tan extensa y compleja como Andalucía, que cuenta con más de 800 ayuntamientos.
Montero ha insistido en defender el modelo de financiación singular para Cataluña. Desde el Partido Popular de Andalucía, Antonio Repullo ha acusado a la ministra de "intentar ralentizar el crecimiento de Andalucía" mientras defiende un sistema que, según él, perjudica a la región.
Luis Ángel Hierro también ha arremetido contra este modelo, calificándolo como un "eufemismo que atenta contra la inteligencia de las personas". Señala que el llamado "cupo catalán" supone un retroceso hacia un sistema fiscal feudal que no tiene cabida en un estado moderno. Hierro defiende que la financiación singular solo puede justificarse en los casos de Navarra y el País Vasco, amparados por la Constitución y una tradición histórica.
Según Hierro, el proceso de recogida de avales para las primarias se ha convertido en un obstáculo diseñado para limitar las alternativas al liderazgo promovido desde Ferraz y acusa al "sanchismo" de convertirse en un aparato que dificulta la participación interna.
Montero se enfrenta al desafío de convencer a los andaluces de que puede ser una líder regional eficaz, mientras ocupa un cargo en el que debe priorizar el interés general de todas las comunidades. Las próximas semanas serán clave para determinar si su candidatura fortalece o debilita al PSOE en Andalucía, y si logra sortear las críticas.