La búsqueda de Anna y Olivia, tras su desaparición hace 5 semanas en Tenerife, no ha dado todavía resultados optimistas. Sin embargo, el radar submarino que lleva incorporado el buque Ángeles Alvariño, encargado de analizar el fondo del mar, ha encontrado "un objeto extraño".
Todavía no se ha comprobado qué es exactamente, aun así, las autoridades piden mantener la calma, teniendo en cuenta que en los últimos días también se halló "algo extraño" y resultó ser una bolsa de basura sin ningún tipo de relación con este caso.
Además, otro de los problemas a los que se están enfrentando durante esta búsqueda son las características del terreno de la zona concreta del fondo del mar que están analizando. Esta es muy rocosa y está llena de precipicios. Aun así, se espera esta siga durante 8 o 9 días de forma ininterrumpida.
El área que está siendo revisada se centra en la zona literal de Santa Cruz de Tenerife y se hablaría de unas 10.000 millas cuadradas. Esta delimitación corresponde a la geolocalización del móvil del padre de las niñas, que el 27 de abril se embarcó con ellas y ahí se las perdió la pista.
Ese día habló por teléfono con la madre de las pequeñas y le dijo que no volvería a verlas jamás. A las horas, se le vio subir a una embarcación con maletas y bolsas de ropa y fue el 28 de abril cuando se localizó tanto la barca como la silla de una de ellas en el agua en la zona de Güimar.
Así, los investigadores han realizado un perfil psicológico del padre de las niñas, Tomás Gimeno, para tratar de dar con el paradero de las pequeñas. El Servicio de Análisis del Comportamiento Delictivo (SACD) de la Guardia Civil, formado por psicólogos y criminólogos, ha determinado que la separación con su exmujer, Beatriz Zimmermann, durante 2020 fue fundamental. Ella comenzó a salir con otra persona y él estaba muy molesto por ello.