De confirmarse las informaciones del informe de la UCO que relaciona al actual secretario de organización del PSOE con supuestas adjudicaciones irregulares de obras públicas, se abriría un escenario nuevo ante la posibilidad de que el juez Leopoldo Puente, a la luz de los indicios "sólidos" que aprecia, decidiera investigar a Santos Cerdán.
Para ello tendría que solicitar el suplicatorio para investigarle por su condición de aforado.
Y aunque Cerdán afirmó en los pasillos del Congreso que "no tenía ningún miedo" y que no tenía que defenderse de nada, puede convertirse en el segundo secretario de Organización del PSOE imputado, como José Luis Ábalos.
De hecho, Santos Cerdán fue quien animó a renunciar a su acta al propio Ábalos cuando estalló el caso Koldo y su nombre todavía no había sido señalado por ningún juez.
Los años que son objeto de investigación por las supuestas mordidas y comisiones coinciden con la época en la que José Luis Ábalos era secretario de Organización del PSOE. Además, Santos Cerdán era el número dos de Ábalos.
Tras la renuncia de Ábalos, Santos Cerdán pasó a ser el secretario de Organización del PSOE y persona de confianza de Pedro Sánchez. Si caen el número tres del PSOE y el fiscal general del Estado, el Ejecutivo es consciente de que su futuro es difícil y, por eso, Pedro Sánchez habría ordenado mantener las posiciones defendiendo a los dos.
¿Podrán aguantar los socialistas la caída de un segundo secretario de Organización, tras la de Ábalos?
Santos Cerdán lleva al lado de Pedro Sánchez desde los tiempos de las primarias. Además, ha sido el encargado de asuntos tan delicados como las negociaciones del Ejecutivo con Puigdemont. Es, por tanto, una pieza clave para el presidente del Gobierno, su escudero, que también podría ser el segundo estrecho colaborador que incurre en corrupción.
Aunque el propio Pedro Sánchez habría ordenado defender a Santos Cerdán como último dique de contención del Gobierno, según las últimas informaciones, el presidente tuvo ayer la oportunidad de hacerlo él mismo cuando le preguntó Feijóo durante la sesión de control al Gobierno, pero no lo hizo.
Es más, el presidente ni le saludo. Sánchez desvió la mirada hacia Santos Cerdán cuando accedía a su escaño justo detrás de él en el hemiciclo. Por su parte, Cerdán hizo el amago de saludar con una palmada en la espalda al presidente, pero finalmente, lo evitó y pasó a saludar a Patxi López, que es con quien en ese momento departía Sánchez.