El Partido Popular ha tanteado a Junts para explorar su intención ante una posible moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez tras las acusaciones de Víctor de Aldama, quien ha señalado presuntas prácticas corruptas dentro del Ejecutivo y del PSOE. Aunque el Gobierno ha rechazado contundentemente estas afirmaciones, calificándolas de falsas y provenientes de un “presunto delincuente”, el PP parece decidido a utilizar esta coyuntura para intentar abrir una "nueva etapa".
Desde la sede del PP en Génova, fuentes internas han confirmado la existencia de conversaciones con Junts per Catalunya, según detalla el diario La Razón. Aunque los populares reconocen que la formación liderada por Carles Puigdemont es reticente, creen que un eventual apoyo de los posconvergentes podría atraer también al PNV, aunque saben que los vascos ponen un claro cordón sanitario con Vox.
"Hay que dejar que las cosas sigan cociéndose", señalan desde el PP, confiando en que posibles nuevas informaciones, acerquen más la opción de derrocar a Sánchez.
Sin embargo, desde Junts han enfriado las expectativas del PP. Jordi Turull, secretario general del partido, ha calificado la moción de censura como una "fantasía" si implica colaboración con Vox. "A Sánchez no le damos ni le retiramos el apoyo. No estamos casados con nadie. Seguimos negociando pieza a pieza todo lo que sea beneficioso para Cataluña", ha declarado Turull.
Por su parte, Vox ha criticado la estrategia de Feijóo por buscar entendimientos con partidos que forman parte del actual entramado de socios del Gobierno. Santiago Abascal, líder de la formación, ha señalado que la única respuesta válida a las revelaciones de Víctor de Aldama debería ser una “oposición total” y no pactos que incluyan a quienes, en su opinión, han sostenido las políticas de Sánchez.
En una declaración difundida por su partido, Abascal insistió en que la estrategia correcta debe pasar por la movilización en "las calles, las instituciones y los juzgados", además de trabajar para que Sánchez “acabe en el banquillo” y los ciudadanos puedan volver a las urnas.