España y Marruecos decidieron ayer suspender la cumbre bilateral que tenían prevista en Rabat este 17 de diciembre y posponerla al próximo mes de febrero debido a la "situación provocada por la pandemia del coronavirus".
Sin embargo, la noticia se conoce después de que este jueves, el todavía presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciase el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
Este anuncio supone un éxito diplomático en Marruecos, tanto para el Rey como para el Gobierno de allí, y la causa real de que el Ejecutivo español anunciase ayer la suspensión y el aplazamiento del viaje del presidente Pedro Sánchez a Rabat.
Según explica Carlos Alsina en Más de uno, España no puede enviar al presidente del Gobierno en esta situación porque parecería que a España le parece bien que Estados Unidos reconozca la soberanía marroquí del Sáhara Occidental y nuestro país no la reconoce.
El Ejecutivo español sigue invocando las resoluciones de Naciones Unidas, que exigen que se produzca un entendimiento entre el pueblo saharaui y el Gobierno de Marruecos, un entendimiento que pasaría por un referéndum.
Esta también es la postura que defiende el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, motivo por el cual finalmente Moncloa decidió que no acompañase al presidente Sánchez a su viaje a Rabat.
Por tanto, la noticia supone un éxito para Marruecos, para Donald Trump -al conseguir que el país marroquí restablezca o normalice sus relaciones con Israel- y una situación incómoda para el Gobierno español, por lo que se ha decidido aplazar el viaje dando la razón de que se pospone debido a la situación epidemiológica.