VÍCTIMA DE ETA

Carta al abuelo que ETA me arrebató

Carta dedicada a Cristóbal Colón de Carvajal y Maroto. Todo lo que nunca le pude decir al abuelo al que ETA me robó.

Carlota Colón de Carvajal

Madrid | 22.10.2021 13:18

Querido abuelo:

El 6 de febrero de 1986, ETA abrió una gran herida en el corazón de nuestra familia. El conocido 'Comando Madrid', sabiendo la ruta que seguías hasta tu trabajo, decidió acabar con tu vida a tan solo unos metros de casa. Ametrallearon el coche en el que ibas con tu chófer, Manuel Trillo, y tu ayudante, el comandante Antonio Rodríguez-Toubes. Acto seguido, finalizaron el ataque tirando una granada de mano al interior del vehículo que terminó por asesinarte a ti y al conductor y dejó malherido a Rodríguez-Toubes.

El 6 de febrero de 1986, ETA me arrebató el placer de conocerte, abuelo. Me arrancó la oportunidad de saber cómo era tu voz, tu olor o incluso, de saber qué se sentía al abrazarte, pues yo nací seis años más tarde de aquella trágica mañana. No sé si me habrás escuchado, pero desde pequeña he preguntado muchísimo por ti, ya que no lograba entender cuál era el motivo por el que ETA te asesinó. "Por ser quien era", respondía siempre papá.

Para mí, esta respuesta no tenía ningún sentido, ¿eso era razón suficiente para matar a alguien? ¿quién eras exactamente? Cristóbal Colón de Carvajal y Maroto, descendiente directo de Cristóbal Colón, duque de Veragua, duque de la Vega, marqués de Aguilafuente, marqués de la Jamaica, adelantado mayor de las Indias y de la Mar Océana y vicealmirante de la Armada Española, todo ello, para mí, motivo de orgullo, por lo que seguía sin tener sentido la respuesta de papá. No fue hasta años más tarde cuando comprendí que no dependía de ti, sino de ETA. Querían asesinatos mediáticos y, normalmente destinados a miembros de la Guardia Civil, Policía, militares o políticos.

Papá, tu hijo menor, tenía 29 años cuando te asesinaron, la misma edad que tengo yo este año en el que él ha subido al cielo contigo. Sé que tu pérdida le causó un dolor que nunca llegó a superar del todo, pues pese a que era muy cariñoso, no solía expresar sus sentimientos. De hecho, una de las pocas veces que le he visto llorar, fue cuando le pregunté dónde estaba cuando te mataron, "a 200 metros", dijo mientras se le saltaban las lágrimas. Todavía recuerdo la angustia que sentí al verle así, papá estaba llorando por mi culpa. Bueno, por mi culpa no, por la de ETA, pero aún así, lo siento.

Cristóbal Colón de Carvajal Maroto y Anunciada Gorosábel Ramírez de Haro | Carlota Colón de Carvajal

Es extraña la sensación de echar de menos a alguien a quién nunca has llegado a conocer, pero realmente, abuelo, sí lo he llegado a hacer, ya que en casa nunca se ha dejado de hablar de ti. Sé que eras un hombre extraordinario, inteligente, divertido y con mucho sentido del humor, además de muy guapo, esto último lo he podido comprobar por las miles fotografías que he visto. Papá decía que yo te hubiese caído muy bien, algo que me llena profundamente el corazón. Te tengo tan presente en mi vida, que todos los días al acostarme, después de rezar, te doy las buenas noches. Ojalá todos esos besos que te he mandado hayan ido directos a tu mejilla y los hayas podido sentir en tu corazón.

Aún así, abuelo, no sabes la cantidad de veces que me he imaginado cómo hubiera sido todo si no te hubieras ido al cielo, si hubieses vivido lo suficiente como para llegar a sostenerme en brazos el día en el que nací y haber asistido a los momentos importantes de mi vida. Ojalá, abuelo, mi primer angelito de la guarda, hayas podido ver todo eso desde arriba y te sientas orgulloso de la familia tan bonita que creaste.

Te quiero y te echo de menos,

Tu nieta Carlota