La asistente de Begoña Gómez en Moncloa rechaza declarar en el Senado: "No contestaré a las preguntas"
Cristina Álvarez, quien contactó con una de las empresas que financiaban la cátedra de la mujer del presidente del Gobierno, se ha negado a ofrecer declaraciones durante la comisión de investigación del caso Koldo
👉 El PSOE afronta un nuevo Congreso con la polémica dimisión de Lobato y las acusaciones de Aldama como telón de fondo
La asesora de Moncloa, Cristina Álvarez, quien contactó con una de las empresas que financiaban la cátedra dirigida por Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, se ha acogido a su derecho de no declarar en la comisión de investigación del Senado.
La directora de 'Programas de Presidencia' ha sido citada este viernes en la comisión de investigación sobre el caso Koldo, debido al correo que envió desde una cuenta personal a una empresa, Reale Seguros, que financiaba la cátedra dirigida por Begoña Gómez y que figura en el sumario del caso que investiga a la mujer de Pedro Sánchez.
Álvarez, que está citada a declarar como testigo el próximo 20 de diciembre, ha tomado la palabra al inicio de la comisión para comunicar a los senadores que no iba a contestar a sus preguntas, debido a que las cuestiones que les interesan están judicializadas.
"No contestaré a las preguntas que se me formulen, acogiéndome a mi derecho a no declarar, muchas gracias", ha afirmado, tras expresar su respeto al trabajo de los senadores.
El correo enviado por esta asesora de Moncloa aparece en la última parte del sumario que instruye el juez Juan Carlos Peinado y que investiga a Gómez por los presuntos delitos de tráfico de influencias, corrupción en los negocios, así como por supuesta apropiación indebida e intrusismo en relación con la contratación de un software de la cátedra que codirigió en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
"Me dice Begoña que te traslade que le encantaría que sigáis como patronos de la cátedra, aunque sea con una cantidad inferior. Dispuestos a colaborar con vosotros en lo que necesitéis", escribió esta asesora en un correo electrónico dirigido a la directora de Comunicación de Reale. El correo lo envió desde una cuenta personal pero en la cadena de contactos sí aparece el oficial.
Durante la comisión, Cristina Álvarez ha recibido en silencio los reproches del senador del PP, Alfonso Serrano, por no declarar pese a no estar imputada. Como testigo, le ha advertido el PP, estará obligada a decir la verdad ante el juez.
"Podía salir de aquí como víctima o como cómplice y usted ha elegido", ha espetado Serrano, que en múltiples ocasiones ha alentado a Álvarez a decir lo que "le pida el cuerpo", e incluso ha elogiado su trayectoria profesional para decirle que se está comiendo "un marrón".
Citando jurisprudencia, el PP le ha avisado de que emplear trabajadores públicos para tareas que no les corresponden es una forma de malversación, un nuevo delito por el que en su opinión podría ser imputada la mujer del presidente del Gobierno.
"En un primer momento el problema lo tiene quien da la orden y en un segundo momento lo puede tener quien la cumple. Ellos están enfriando el rebujito en Sevilla y usted está aquí", ha señalado Serrano.
Tanto el PP como la senadora de Vox, Paloma Gómez Enríquez, han hecho múltiples preguntas: si Álvarez envió más correos a otras empresas, si organizaba eventos, si además de buscar financiación también captaba alumnos o de quién depende jerárquicamente en Moncloa, etc.
Enfrentamiento entre PP y PSOE
Durante la comisión PP y PSOE han chocado por la corrupción. El senador socialista Alfonso Gil ha denunciado una "cacería" contra Sánchez y le ha dicho a la asesora de Moncloa que no tiene "ningún reproche judicial" ni lo tendrá, aunque sufra, por bulos, una "pena de telediario". Además ha afeado la "comisión de crucifixión" del PP.
Para el PP, el PSOE está viviendo un "Black Friday" por la declaración ante el juez del ya exsecretario general del Partido Socialista en Madrid, Juan Lobato, al que creen que el PSOE ha purgado intentando que "parezca un accidente" y sin dejar marcas, como los presos que emplean toallas mojadas, pero sin éxito, porque hay actas notariales.