Tras 2 horas y media de reunión entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès, el president de la Generalitat ha valorado el encuentro de forma positiva afirmando que ambas partes "acuerdan en la existencia de un conflicto político que se ha de resolver mediante la negociación y el acuerdo". Además, ha señalado que los dos equipos trabajarán a lo largo de las próximas semanas para organizar la siguiente conversación de la mesa de diálogo la tercera semana de septiembre en Barcelona.
Aragonès ha constatado que "las posiciones entre el gobierno de España y Cataluña están muy alejadas" y que cualquier solución que salga de estas reuniones deberá contar con el "aval de la ciudadanía catalana", es decir, que puedan votarlo.
Entre otros temas, el republicano ha pedido una solución "para la represión pero también para los exiliados", por lo que para él, Cataluña "solo quiere la amnistía y la autodeterminación". Esta idea sigue la línea de lo que planteó el Consejo de Europa en la que se pedía a España, por ejemplo, que retirara las demandas de extradición contra los europarlamentarios como Puigdemont.
El encuentro entre presidentes ha permitido elaborar dos líneas de trabajo: la mesa de negociación, en la que se pretende "acudir a la naturaleza del conflicto político" y resolverlo de fondo. Según Aragonès, solo aceptarán amnistía y autodeterminación.
En segundo lugar, se creará una comisión bilateral que se reunirá en la Generalitat, en julio por primera vez, y tendrá un carácter más económico, por lo que aquí se discutirán aspectos como las inversiones o la falta de cumplimiento del Estatut.