El exministro de Consumo y excoordinador de IU, Alberto Garzón, ha reconocido en un comunicado publicado en la red social X que la decisión de su fichaje por la consultora Acento despertó un enorme revuelo en el ecosistema de izquierdas, incluidos los partidos de Izquierda Unida, Sumar y Unidas Podemos.
Garzón ha anunciado que renuncia a su incorporación a Acento ante la advertencia general de que su nueva labor en esta consultora afectaría negativamente a las organizaciones del espacio político de izquierda.
"Tras la incomprensión suscitada en el espacio político, y con la intención expresa de no dañar a las organizaciones a las que tanto tiempo y energía he dedicado de mi vida, anuncio mi renuncia a incorporarme como tenía previsto", así ha renunciado Garzón a la Dirección de Prospectiva GeoPolítica de Acento.
El exlíder de IU ha reconocido que siempre ha antepuesto el interés colectivo sobre el interés personal y no quiere que su fichaje por Acento perjudique a sus antiguos compañeros de militancia. "No quiero que mi decisión personal perjudique a mis antiguos compañeros y compañeras de militancia en su necesaria misión de lograr el mejor resultado posible en las futuras convocatorias electorales", ha recalcado.
Garzón ha aprovechado el comunicado para decir que la izquierda tiene que reflexionar sobre cómo trata a los hombres y mujeres que dedican su tiempo, energía, y su vida a los proyectos colectivos.
Ha asegurado que la política es "una trituradora de personas" y ha dicho que la izquierda no debería reproducir esas prácticas que expulsan a más gente de la que integran.
La consultora Acento tiene como CEO y socio fundador a José Blanco, exministro y exsecretario de Organización del PSOE durante la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero al frente de la formación socialista. En su organigrama también figura como presidente el exdirigente del PP Alfonso Alonso y la firma se define como consultora especializada en el ámbito público.
El exministro de Consumo y excoordinador de IU, Alberto Garzón, ha asegurado que se siente "frustrado" y porque le duele que tras tantos años dejándose la salud por un proyecto colectivo y empleando tantas horas en agotadoras disputas internas, siente que las dinámicas tóxicas le persigan incluso cuando está fuera de la política formal.