La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, ha anunciado un nuevo paquete de medidas que entrarán en los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE) para ayudar a los ciudadanos a hacer frente a la crisis económica que se está viviendo desencadenada por la guerra en Ucrania.
Con estas nuevas medidas, el Ejecutivo de Pedro Sánchez pretende aliviar fiscalmente a los ciudadanos que se han visto directamente afectados por una elevada inflación, descargando el peso en aquellos contribuyentes con las rentas más altas.
Es decir, tal y como ya había adelantado la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, "habrá que subir impuestos a quienes más tienen para que se los podamos bajar a otros".
Este sistema se contrapone con lo que está haciendo el Partido Popular en las comunidades en las que gobierna, como Madrid, Andalucía o Murcia, donde están aplicando rebajas fiscales a todos los contribuyentes, incluidos los de las rentas más altas.
Una de estas nuevas medidas es aumentar el número de las personas que quedan exentas de pagar el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Hasta ahora, las personas que no estaban obligadas a presentar cada año el IRPF correspondiente al ejercicio anterior eran las que habían ingresado hasta 14.000 euros anuales. Sin embargo, Montero ha confirmado que, de cara a los Presupuestos de 2023, este rango de personas aumenta hasta los 15.000 euros.
Además, la ministra ha explicado que la reducción por los rendimientos del trabajo en el IRPF a rentas pasará de los 18.000 a los 21.000 euros.
Como el salario mediano es de 21.000 euros, un 50% de los trabajadores se beneficiará de esta ampliación de la reducción del IRPF, según ha comentado Montero.
Asimismo, la ministra ha asegurado que el impacto para los contribuyentes será de 1.881 millones de ahorro en dos años. Y un trabajador sin descendientes que gana unos 18.000 euros anuales, tendrá un ahorro fiscal de 746 euros al año, es decir, tributará un 40 % menos.