El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este domingo que el Ejecutivo aprobará el próximo martes en el Consejo de Ministros la movilización de 50.000 viviendas de la Sareb para el alquiler asequible de jóvenes y familias.
Moncloa precisa que se pondrán a disposición de municipios y comunidades autónomas 21.000 viviendas, e impulsarán el alquiler social de otras 14.000 ya habitadas de ese parque. Además, se fomentará la construcción de hasta 15.000 nuevas viviendas públicas en suelos disponibles de la Sareb.
Sánchez ha destacado que su Gobierno quiere ir más allá y poner a disposición de los jóvenes estos inmuebles tan solo unos días más tarde del anuncio de acuerdo con ERC y Bildu para aprobar la nueva Ley de Vivienda, que fijará la subida del alquiler para los próximos años.
La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), es una empresa creada en 2012 por el gobierno de Mariano Rajoy para rescatar los activos inmobiliarios tóxicos de los bancos rescatados tras la crisis financiera de 2008.
La creación de la Sareb fue una de las condiciones de Europa para recibir el rescate financiero de hasta 100.000 millones de euros que se destinaron a dicho rescate bancario.
En un primer momento se creó como una empresa privada, pero el Gobierno de Pedro Sánchez modificó la ley en 2022 para hacerse con el control de la institución y ahora, con la nueva Ley de Vivienda, ha anunciado que destinará hasta 50.000 viviendas pertenecientes a la Sareb para el alquiler asequible.
En poco más de un año llegó a gestionar casi 200.000 activos problemáticos por un valor de más de 50.000 millones de euros, según cifras de la propia entidad.
Se la conoce como el banco malo porque es una institución que se dedica a comprar los activos tóxicos de otros bancos para sanear las cuentas de estos y fomentar el crédito a empresas y familias. Esta entidad puede conseguir financiación a través de inversores privados, dinero público o de la propia entidad financiera, entre otros.
El aspecto más negativo para los bancos es que estos venden sus activos inmobiliarios a un precio inferior al que pagaron por adquirirlos, lo que favorece a sanear sus cuentas a pesar de que pierden dinero.
A la Sareb se la llama banco malo porque, a pesar de no realizar depósitos ni créditos como el resto de entidades bancarias, sí que hace negocio con los distintos activos tóxicos que es capaz de adquirir. Países como Irlanda, Alemania, Japón, Suecia o México han recurrido a entidades de este tipo para poder hacer frente a las pérdidas de sus bancos.