El presidente francés, Emmanuel Macron, y su Gobierno afrontan una auténtica tormenta política tras la aprobación por decreto y sin voto en la Asamblea Nacional de su impopular reforma de las pensiones, ante la falta de una mayoría clara entre los diputados.
La decisión, tomada tras la tercera reunión del día en el Elíseo, entre Macron, su primera ministra, Élisabeth Borne, y varios miembros del Ejecutivo, abrió el paso al anuncio de sendas mociones de censura por parte de la izquierda y de la ultraderecha, así como a peticiones de dimisión de la jefa del Gobierno.
"No se puede correr el riesgo de jugar con el futuro de las pensiones, esta reforma es necesaria", afirmó Borne entre gritos y abucheos de la oposición, antes de asegurar que su Gobierno toma esta decisión "por responsabilidad".
Borne tuvo que hablar entre algunas burlas y los repetidos cánticos de La Marsellesa de los diputados de izquierda, que también corearon "dimisión, dimisión" a la primera ministra, una intervención breve pero tormentosa.
Emmanuel Macron mantuvo contactos durante todo el día con distintos actores políticos con el fin de llegar a un acuerdo. Ante la imposibilidad de esto, decidió reunir de urgencia al Consejo de Ministros para que éste avalase recurrir al artículo 49.3 de la Constitución, en virtud del cual el proyecto sale adelante independientemente de su nivel real de apoyo.
"El primer ministro podrá, previa deliberación del Consejo de Ministros, plantear la responsabilidad del gobierno ante la Asamblea Nacional sobre la votación de un texto", es lo que asegura el artículo utilizado por Macron y cuyos críticos consideran un "mecanismo antidemocrático" y "autoritario".
¿Se podría impedir la aplicación de la ley? Según el artículo, únicamente en las "24 horas siguientes" si se presenta una moción de censura contra el Gobierno, que debe ser sometida a votación.
La primera ministra, Elisabeth Borne, pasaba el mal trago de tener que anunciar ante la Asamblea Nacional la invocación de dicho artículo, en un tenso pleno cargado de reproches: "Si todos votaran en conciencia y en consonancia con sus posiciones pasadas, no estaríamos aquí esta tarde".
El 49.3 abre la puerta a que la oposición ponga sobre la mesa mociones de censura contra el Gobierno, algo de lo que Borne ha dado ya por sentado, sin "ninguna duda". Sin embargo, Macron ha alegado que estas futuras mociones evidencian que sí "habrá una votación sobre el texto", tal como prevén las instituciones, en respuesta a quienes le acusan de gobernar por decreto y sin consenso.