La reforma de pensiones que el Gobierno ha presentado a los agentes sociales propone una serie de novedades como cuota de solidaridad en las cotizaciones de los sueldos más altos, duplicar el mecanismo de equidad intergeneracional (MEI) y poder elegir entre el periodo de cómputo actual para calcular la pensión o ampliarlo. La cuota de solidaridad es la mayor novedad de este segundo paquete de medidas y está enfocada tanto a la sostenibilidad del sistema como al carácter retributivo.
Esta cuota de solidaridad afecta a los salarios que superen la base máxima de cotización. Las bases máximas, independientemente de la categoría profesional y grupo de cotización, desde el 1 de enero de 2023 son de 4.495,50 € mensuales (o de 149,85 € diarios).
Esta cuota, solo afectará a la cantidad que supere esa base máxima, y será del 1 % en 2025 e irá aumentando a un ritmo de 0,25 puntos por año hasta llegar al 6 % en 2045. Con la recaudación de esta medida se mejorará las condiciones de las pensiones no contributivas y de las contributivas más bajas. La tasa recaerá sobre la parte de salario que no soporte tributación alguna, la que quede libre de impuestos, incluso tras el destope de las bases máximas.
Por tanto, por ejemplo en una renta de 10.000 euros brutos mensuales, la cuota afectará a los 5.500 euros que superan la base máximo de 4.495,50 €. En 2025 al ser de un 1%, la cotización solidaria sería de 55 euros que aumentarían hasta 330 en 2045 (6%).
La reforma, pactada con Bruselas y en el seno del Gobierno de coalición, forma parte de los hitos comprometidos para desbloquear un nuevo desembolso de los fondos europeos y pone el foco en asegurar la sostenibilidad del sistema con distintas medidas para fortalecer los ingresos.