La UE prohíbe definitivamente vender coches que emitan CO2 a partir de 2035
Después de las reticencias de Alemania que bloqueaban el acuerdo, los 27 han aprobado la ley para terminar con la venta de nuevos coches de combustión para eliminar las emisiones de CO2. A partir de 2035 ya no se pondrán vender.
La Unión Europea (UE) ha aprobado de manera definitiva la ley que prohibirá a partir de 2035 las ventas en territorio comunitario de todos los nuevos coches y furgonetas que emitan CO2, tras semanas de tensiones de última hora por el bloqueo sorpresa de Alemania.
Los ministros de Energía de los países de la UE aprobaron la ley con 23 votos a favor, la abstenciones de Rumanía, Bulgaria e Italia y el voto en contra de Polonia. Alemania votó a favor, después de que la Comisión Europea (CE) y Berlín llegaran a un acuerdo este fin de semana.
Incorporación de combustibles sintéticos, muy caros en la actualidad
La comisaria europea de Energía, Kadri Simson ha resumido que "no cambia el texto acordado con el Parlamento Europeo" sino que "aporta detalles sobre los pasos siguientes en la aplicación del reglamento" para incorporar los combustibles sintéticos o "efuels" a la normativa comunitaria.
Estos son combustibles artificiales, y prohibitivamente caros en la actualidad, que se producen a partir de hidrógeno verde y dióxido de carbono, pero resultan climáticamente neutrales porque sólo emiten el CO2 previamente capturado y pueden usarse en vehículos con motor de combustión.
Los "efuels" ya aparecían mencionados en el texto negociado, a petición de Alemania e Italia, pero la Comisión se daba hasta 2026 para volver a retomar la cuestión y dejar en ese lapso de tiempo que evolucione esa tecnología.
La oposición de Alemania
Sin embargo, en un trámite formal en la aprobación final de la normativa a inicios de marzo, Berlín paralizó la adopción de la ley porque el tercer partido de la coalición de Gobierno de Alemania, los liberales del FDP, reclamaron cerrada más proyección a los electrocombustibles.
La maniobra no gustó en Bruselas ni a buena parte de los Estados miembros, pero fue necesario forzar una negociación para satisfacer a Alemania, primera potencia económica de la UE y primer fabricante automovilístico, y salvar esa ley que supone una pieza clave de la política climática de la UE para descarbonizar la economía comunitaria en 2050.