Que alguien en la oficina diga que viene de -o va a- echar gasolina al coche activa de forma inmediata las conversaciones, más o menos ligeras, en torno al elevado precio de los carburantes, como consecuencia de la crisis de Ucrania, que afecta gravemente al suministro de combustibles.
No falta en estos corrillos quienes tratan de buscar el lado más humorístico a la realidad y sueltan algún chiste rápido vinculado a la acción llenar de combustible el vehículo en una época en la que lo estamos pagando más caro que nunca.
"He ido a echar gasolina y me han pedido dos nóminas". "¿Le pongo súper o diesel?, "Nada, nada. Sólo vengo a mirar". "He ido a la gasolinera y me han exigido dress code de etiqueta". "Me voy a dar un caprichito, voy a echar gasolina al coche". "Tanque lleno, señor. ¿Lo paga al contado o se lo financio?"... son algunos de los chascarrillos que se oyen estos días cuando sale el tema a colación.
Las redes sociales no son ajenas a este fenómeno y también se han puesto el foco en la tremenda escalada de precios del combustible.