El fijo discontinuo o cómo ser establemente precario
La falta de un reglamento marco sobre el contrato fijo discontinuo deja varias lagunas en la legislación y sigue generando situaciones de precariedad; con menos horas de las que quisieran trabajar y salarios insuficientes.
Madrid | 02.10.2023 21:11
A punto de cumplir dos años desde la entrada en vigor de la reforma laboral, el contrato estrella de aquella modificación legislativa, el fijo discontinuo, sigue generando un profundo debate entre los expertos del mundo del trabajo. La semana pasada el TSJ de Galicia, determinó que una persona con contrato fijo discontinuo tiene un empleo parcial porque los periodos de inactividad, --- el tiempo que transcurre entre llamamientos,--- no garantiza un la jornada completa anual. Dicho de otra forma; con los parones a la espera de que lo llamen, el trabajador nunca logará sumar las mismas horas que una persona con contrato indefinido clásico. Con la consecuente precariedad que eso provoca en términos de condiciones laborales. Hoy una encuesta de CCOO, con una muestra de 1600 asalariados, avala que los trabajadores con un contrato fijo discontinuo se sienten, efectivamente, como cualquier empleado temporal. Igual de vulnerables e inseguros.
El fijo discontinuo no ha mejorado el conjunto de las condiciones laborales de quienes trabajan bajo esta modalidad. Este estudio, impulsado por la Fundación Primero de Mayo sobre La influencia de la negociación colectiva en el bienestar laboral, precariedad, compromiso y rendimiento en el trabajo revela que el índice de precariedad laboral del fijo discontinuo es equiparable al que tiene el trabajador temporal respecto a la estabilidad salarial, el subempleo (trabajar menos horas de las deseadas) la arbitrariedad que pueda aplicar la empresa. Si se aprecian mejoras relevantes respecto a cuestiones como la estabilidad laboral, con menos temor a perder el puesto o descender en su categoría profesional.
Este análisis del servicio de estudios del sindicato que lidera Unai Sordo también arroja cifras preocupantes sobre el conjunto de los trabajadores, independientemente del contrato que tengan. Por ejemplo que 28,1% considera que su empleo no le aporta ingresos suficientes, que al 55,3% de las personas encuestadas su trabajo les hace sentir agotados mental y emocionalmente o que el 37% constata cómo el trabajo interfiere diariamente en su vida privada.