Madrid |
Las cosas han cambiado mucho desde la crisis de 2008, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Muchas empresas, que entonces habían apostado por invertir en vivienda, se quedaron con activos que perdieron mucho valor. Las mismas que ahora, por cierto, tienen que seguir dedicando parte de su dinero en cubrir su depreciación.
Ante esta situación, a partir de entonces, se ha detectado un cambio de tendencia. Las inversiones que se han realizado se han orientado hacia "la formación de capital, la compra de maquinaria, de equipos y de nuevas tecnologías", como figura en el informe El stock de capital en España y sus comunidades autónomas 1995-2003. Cambios recientes en la composición de la inversión y en las respuestas de la crisis. En definitiva, los empresarios han entendido que es mejor invertir en otros sectores que nada tienen que ver ni con la construcción, ni con la agricultura, ni con la energía, donde la inversión ha descendido.
En cuanto a los datos de 2023, la inversión total en España ha aumentado un 2,8%, por tercer año consecutivo tras el schock de la pandemia, aunque a un ritmo inferior al que crece el producto interior bruto, en el 2,5%. La inversión pública también ha crecido un 1,8%, pero su volumen sigue por debajo al de 2007 (antes de la Gran Recesión) y representa sólo el 10% de la inversión total.