Cuidado con estos seis errores comunes que te hacen perder dinero sin darte cuenta
¿Sientes que el dinero se te escapa de las manos? Descubre los pequeños errores que afectan tu bolsillo.
Madrid |
La mayoría de nosotros cometemos pequeños errores financieros que, sumados, tienen un impacto considerable en nuestra economía. El problema no son los gastos grandes, que solemos meditar conscientemente, sino esas fugas silenciosas que pasan totalmente desapercibidas.
Identificarlos es el primer paso para recuperar el control de tus finanzas. Estos son los errores más comunes que te hacen perder dinero sin que te des cuenta.
Las suscripciones innecesarias
¿Recuerdas esa app de gym que usaste una vez? ¿O el servicio de streaming que contrataste para ver una serie y que no has vuelto a abrir en meses? Las suscripciones recurrentes son el enemigo silencioso del ahorro. Pagamos mes tras mes por servicios que ya no utilizamos o que ni siquiera recordamos que tenemos.
Dedica un rato cada tres meses a revisar los cargos recurrentes de tu tarjeta de crédito y cuenta bancaria. Cancela todo lo que no aporte valor real a tu vida. Verás cómo se libera una cantidad sorprendente de dinero.
Las compras impulsivas
Esa camiseta rebajadísima, la app de compra on-line donde vas picando baratija tras baratija, el café de marca todos los días, ir al supermercado sin lista de la compra... Los gastos pequeños e impulsivos son como gotas que llenan un balde. No duelen en el momento, pero al final del mes ese balde está lleno y tu cuenta bancaria, vacía.
Si quieres evitarlo, implementa la regla de las 24 horas. Antes de cualquier compra no esencial, espera un día. Muchas veces, el impulso habrá pasado y te darás cuenta de que no lo necesitabas.
Ofertas y descuentos
"¡Llévate 3 por 2!", "70% de descuento en la segunda unidad". Las estrategias de marketing están diseñadas para hacerte creer que estás ahorrando cuando, en realidad, estás gastando. Compras cosas que no necesitas solo porque el precio era "imbatible". El ahorro real es no gastar ese dinero en absoluto.
Antes de comprar algo en oferta, pregúntate: ¿lo compraría a precio completo? Si la respuesta es no, entonces no es una buena compra. Calcula también el precio unitario de un artículo similar, a menudo estos productos en oferta tienen el precio inflado y donde piensas ahorrar, acabas gastando de más.
Revisa tus facturas de energía y servicios
Cambiaste la compañía de la luz por una oferta imbatible, pero ¿sigue vigente? ¿Realmente necesitas datos ilimitados en tu móvil? Muchas veces nos dejamos llevar por los reclamos iniciales y, con el tiempo, las tarifas suben o tenemos más servicios de los que necesitamos.
Revisa tus facturas de móvil e internet y ajusta tu plan a lo que realmente necesitas. Mira si la potencia contratada en la factura de la luz se ajusta a tus necesidades o puedes reducirla. Compara ofertas, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia tiene un comparador on-line muy útil. En definitiva, no gastes por aquello que no necesitas.
Ojo a tus tarjetas de crédito
Pagar solo el pago mínimo de tu tarjeta de crédito es uno de los errores más costosos que existen. Cuando te ofrecen pagar una compra en cómodos plazos o pagar un mínimo fijo mensual, debes revisar bien las condiciones. Las instituciones financieras ganan millones gracias a los intereses compuestos que se generan sobre tu deuda. Estás pagando, literalmente, por haber gastado dinero que no tenías.
Prioriza el pago total de tu deuda de crédito. Si no es posible, elabora un plan de pagos agresivo. Cada euro extra que destines a reducir el capital principal te ahorrará una fortuna en intereses futuros.
Ahorra a principio de mes
Confiar en que "sobrará" dinero para ahorrar al final del mes es un error clásico. La realidad es que, si no separas el ahorro primero, ese dinero se gastará en otras cosas. El futuro se pospone una y otra vez y siempre hay imprevistos (o caprichos) que hacen que no quede nada o muy poco para meter en la cuenta de ahorro.
Configura una transferencia automática el mismo día que recibes tu nómina. Destina un porcentaje de tus ingresos a una cuenta de ahorros o inversión separada. Así, pagas primero a tu futuro yo y gestionas el resto con lo que queda.