La CE cree que hay que construir 650.000 nuevas viviendas eliminando burocracias y agilizando licencias
El plan diseñado en Bruselas se articula en torno a acelerar la promoción de nuevas viviendas, simplificar las normas y canalizar recursos hacia la vivienda asequible
Madrid |
El ejecutivo comunitario cree que el problema de la vivienda es un problema europeo, porque cuando los precios suben un 60% en el continente en sólo una década, a la fuerza se ven afectadas grandes capas de la sociedad -no sólo las más pobres- lo que tiene repercusiones generales a varios niveles en la economía. Así que, aunque sabe que no hay fórmulas milagro, propone algunas ideas para ir mejorando las cosas. Y lo hace sin incluir límites a los precios del alquiler, ni crear un fondo común europeo, como reclamaban países como España. El plan diseñado en Bruselas se articula en torno a acelerar la promoción de nuevas viviendas, simplificar las normas y canalizar recursos hacia la vivienda asequible.
Un problema europeo
Lo primero que hace la CE es insistir en que este plan, que es la primera vez que se presenta, hacía falta porque hay un problema real cuando la vivienda crece muy por encima del crecimiento de los ingresos de los hogares. Si los precios han subido un 60% en la UE en la última década, los alquileres han subido alrededor de un 20%. Hay más de un millón de personas viven sin hogar en la UE, incluidos unos 400.000 menores. Y las consecuencias nos afectan a todos de forma transversal porque el impacto de los precios de la vivienda en zonas urbanas y turísticas ha contribuido a reducir la disponibilidad para los residentes locales en determinadas ciudades afectando no solo a los colectivos más vulnerables, sino también a amplias capas de las clases medias, a jóvenes, estudiantes y trabajadores esenciales. Al final, todo esto repercute también a la economía, ya que influye en la competitividad, la cohesión social y tiene una influencia también en los desafíos demográficos del bloque.
En su opinión, haría falta construir 650.000 viviendas adicionales al año durante la próxima década, además de las 1,6 millones que ya se levantan anualmente para ir solucionando estos retos. ¿Qué se propone como solución?
Lo que no propone
Encontrar una receta aplicable a 27 países diferentes no es fácil. Entre otras cosas porque las competencias de vivienda son de los Estados e, incluso, en muchos países de las autoridades regionales o locales (España o Alemania, entre ellos) mientras que en países como Francia hay reticencias a que la UE entre a regular en este asunto. Por eso, para definir los límites del plan, es más fácil fijarse en sus límites. Es decir, prestar más atención a lo que no dice el plan, que a lo que dice.
Por ejemplo, el plan de vivienda no plantea intervenir directamente en reglas del mercado, incluir límites a los precios del alquiler (como reclamaban países como España) o crear un fondo común europeo.
Tampoco habla de límites ni prohibiciones a escala europea, sino que se remite al reglamento aprobado en 2024 -que entrará en vigor en 2026- para reforzar la transparencia y el intercambio de datos entre plataformas y administraciones. Y se anuncia una futura iniciativa legislativa para ofrecer un marco jurídico claro que permita a las autoridades locales adoptar medidas proporcionadas en zonas de alta presión habitacional.
El plan no pone encima de la mesa la limitación de los alquileres turísticos, pero anuncia que sí presentará en los próximos meses una propuesta legislativa para dar cobertura legal a aquellas regiones y ciudades que sí quieran imponer restricciones a los alquileres turísticos de corta duración estableciendo un marco jurídico común que las ampare.
Lo que sí propone
El plan si plantea aumentar la financiación, reducir la burocracia, acelerar la construcción de vivienda para hacer frente a la crisis habitacional y dotar a los gobiernos de instrumentos para actuar en aquellos puntos con mayor presión, especialmente en relación con los alquileres de corta duración.
Para ello, la Comisión apuesta por reducir la burocracia, acelerar los procesos de planificación y concesión de licencias y avanzar hacia normas técnicas más armonizadas, con el objetivo de reducir costes y plazos en la construcción.
El paquete incluye asimismo una estrategia europea para la construcción, orientada a mejorar la productividad del sector, impulsando la vivienda modular y prefabricada, que Bruselas considera clave para reducir costes y acortar plazos, especialmente en vivienda social y asequible.
En el plano financiero, el plan invita a los Estados miembro a reasignar más recursos a vivienda asequible mediante la revisión intermedia de los fondos de cohesión y prevé movilizar hasta 10.000 millones de euros adicionales en los próximos dos años.
Y por último, se propone una nueva categoría de "vivienda asequible", dirigida a clases medias y trabajadores esenciales, que quedará exenta de notificación previa a la Comisión, con el objetivo de facilitar su financiación sin verse limitada por las normas de ayudas de Estado.