Tres millones de lectores esperan la nueva novela de Eva García Sáenz de Urturi

Han transcurrido 1602 años desde la fundación de Venecia, una de las ciudades más míticas del mundo y sin duda más literarias. Y desde el Puente de Rialto, el Puente de la Academia, Campo San Vidal o la Piazza de San Marco, Eva García Sáenz de Urturi traslada a los lectores a una Venecia repleta de leyendas y donde la figura del ángel de la ciudad, mitad mecenas, mitad demonio, mueve los hilos de una vertiginosa trama sobre las falsificaciones de grandes pintores, los museos y los libros antiguos.

"Cuando tienes por delante dos años o tres para escribir una novela, yo tengo que elegir un tema que me apasiones porque, más allá de los primeros meses y de la chispa creativa, todo eso baja de intensidad y se convierte en trabajo. Se convierte, no en rutina, pero sí en fuerza de voluntad para entrar en el despacho y sacar adelante un capítulo" asegura Eva García Sáenz de Urturi y por eso elige temas que a largo plazo le sigan apasionando.

Los escenarios de la novela

"Te diría que los grandes escenarios son el Museo Guggenhim, porque ahí está la escultura del Ángel de la Ciudad de Marino Marini que da título a la novela. También el Puente del Rialto, por esa leyenda del Diablo y del puente, que tiene que ver con el tema de la novela, la dualidad entre el Ángel y el Demonio, es decir, entre el veneciano protector y el veneciano diabólico. Y alejado ya del foco turístico, el Campo de San Vidal -la casa donde ubico el hogar de Ítaca madre de Kraken y falsificadora- , por lo que tiene de particular al ser una especie de foso que a ella le protege como falsificadora de libros".

Tuve muy claro que sería un palacio veneciano en una isla de la Laguna, que estuviese ardiendo y que fuese difícil parar ese incendio

Eva García Sáenz de Urturi desvela que Venecia es una ciudad cuyo centro te va a atrapando y no te deja escapar. "Me impactó muchísimo el incendio de la catedral de Notre-Dame de París. Me tocó mucho ver en las pantallas de televisión como ardía algo milenario, una joya y fue como entrar en una máquina del tiempo. Y cuando empecé a escribir El Ángel de la Ciudad, lo tuve muy claro: ese germen que tienes, ese chispazo de inspiración, tuve muy claro que sería un palacio veneciano en una isla de la Laguna, que estuviese ardiendo y que fuese difícil parar ese incendio". "Luego, si añades que 6 personas no aparezcan entre sus restos, es como jugar a lo Ágatha Christie".

Evolución como escritora

Asegura que su vida ha cambiado mucho desde que trabajaba en la Universidad y era óptico y no duda en señalar que tienen la mejor profesión del mundo para su personalidad, su carácter y para como le gusta vivir la vida. "Lo he ido encajando a lo largo de estos 12 años y estoy cómoda con los dos ritmos. Cuando eres escritora tienes dos ritmos, uno es el introspectivo, el año y pico que te pasas en el despacho documentándote, planificando y después escribiendo el primer borrador y las sucesivas revisiones, y hay una parte muy sociable que es la de la promoción que dura hasta que me vuelvo a encerrar para la siguiente novela".

"Disfruto escribiendo, pero cuando termino de escribir, me gusta el cosquilleo de decir…estoy ya pensando qué es lo próximo en lo que me voy a meter. Y me gusta que sea así, que me apetezca escribir la décima novela ahora mismo. Y eso, es prácticamente Secreto Nacional".