RESEÑA DE 'EL GUARDIÁN DE LA MAREA'

El último viaje del Valvanera: el Titanic español

El Guardián de la Marea es la última novela de Mayte Uceda de la Editorial Planeta.

Diana Rodríguez Pretel

Madrid | 15.07.2021 12:59 (Publicado 15.07.2021 12:57)

Amor y tragedia en 1919. Marcela y Hans pertenecen a dos mundos muy diferentes. Hay un abismo entre ellos. Es una historia de amor entre un submarinista alemán destinado en aguas de Canarias y una joven huérfana de madre que se crió con las monjas de San Vicente de Paul, en Las Palmas de Gran Canaria. Hans y Marcela se conocieron después de que el alemán sufriera un accidente y saliera despedido del submarino. Acabó en manos de Marcela y ella le salvó la vida. Éste es sólo el principio de una larga historia de amor y superación que rompe moldes.

El Guardián de la Marea, la última novela de Mayte Uceda de la Editorial Planeta, hace un repaso magistral por los momentos más duros y las consecuencias colaterales de las dos guerras mundiales en Canarias. De lo muertos que no se contaron y que, por lo tanto, no constan en ningún registro de la época.

Durante la I Guerra Mundial el archipiélago sufrió sus peores años de asedio, acoso y marginación. Los isleños se volvieron invisibles a ojos del mundo. Los submarinos alemanes y los ingleses se convirtieron en los dueños del mar y el bloqueo comercial en Canarias llegó a ser insoportable. No llegaban alimentos desde la península porque los submarinos lo impedían, la hambruna se extendió rápidamente por el archipiélago y muchas madres dejaron incluso de producir leche. Los niños más pobres se morían y unos pocos lograban salvarse gracias a las nodrizas que les amamantaban en el Hospicio de Martín o en sus casas a cambio de una ayuda económica.

La gripe española y la Covid19

Más tarde, cuando acabó el bloqueo de Canarias, la gripe española fue demoledora. En este sentido, Mayte Uceda recuerda que la historia siempre se repite. Lo que nos ha tocado vivir en esta pandemia de Covid19 no es muy distinto a los que vivieron nuestros antepasados a principios del siglo XX. “Hemos visto cómo la gente se está muriendo igual que hace 100 años”, afirma la autora de El Guardián de la Marea. “Aquello que escribió entre 2017 y 2019 nos ha tocado vivirlo en primera persona”, añade.

El buque Valvanera fue la válvula de escape de mucha gente

Lo que aconteció aquellos años en las Islas Canarias fue una situación agónica que remató a una población que veía muy lejos el final de la guerra. Por eso muchos emigraron y encontraron en el trasatlántico Valnavera su vía de escape. La asturiana Mayte Uceda describe minuciosamente esos años dramáticos en una novela que lo tiene casi todo: una historia de amor inolvidable (entre Marcela y Hans), unos personajes secundarios merecedores de un spin-off (como Herminia, Mili o Gaspar) y un contexto histórico prácticamente desconocido para la mayoría de los mortales. Uceda reconoce que este episodio de nuestra historia -que golpeó especialmente a las Islas Canarias- debería estudiarse en los libros de historia. “Es de justicia social”, llega a decir la autora mientras recorremos los principales escenarios que inspiraron El Guardián de la Marea.

Las eternas despedidas en el muelle de Santa Catalina

Mayte Uceda introduce además en esta novela de la Editorial Planeta el drama de los emigrantes. Miles de personas partían cada año desde Las Palmas Gran Canaria y otras islas hacia La Habana con la esperanza de iniciar una vida en paz. El muelle de Santa Catalina fue testigo de las despedidas más duras, el adiós entre padres e hijos o entre hermanos que nunca volvieron a verse, familias rotas para siempre y esos últimos abrazos que rompían corazones. Describen las crónicas de la época -en periódicos como La Provincia- escenas realmente duras y llamativas. Abundaban los sacerdotes que confesaban a los emigrantes a pie de muelle y los fotógrafos que retrataban por última vez a las familias unidas. La mayoría de los que se marchaban no regresaban y tampoco lo hicieron los 488 pasajeros del Valvanera que se toparon con la muerte casi al final del viaje.

Tras muchos años de decadencia, hambruna y necesidades, Marcela decidió emprender ese largo viaje a la “tierra prometida”: Cuba. Es el último trayecto que realizó el buque Valvanera antes de naufragar por culpa de un ciclón y antes de ser engullido en los Cayos de Florida en 1919. Actualmente el llamado Titanic español sigue allí, oculto y resquebrajado a sólo 6 metros de profundidad.

El del Valvanera ha sido el mayor naufragio español de una naviera comercial

Para los más supersticiosos el Valvanera empezó con mal fario. Los astilleros escoceses que lo fabricaron le pusieron mal el nombre (cambiaron una “v” por una “b”). Además el buque regresó una vez de América con la bandera negra y cientos de pasajeros contagiados de gripe española. Y está documentado que una niña de 5 años que iba a bordo estuvo todo el trayecto llorando y avisando de la tragedia hasta que sus padres decidieron bajarse en Santiago de Cuba. Aquella pequeña de nombre Ana salvó la vida de su familia sin saberlo. Es considerado el mayor desastre marítimo español en tiempos de paz.

Durante su investigación, la escritora asturiana se marchó a Las Palmas de Gran Canaria a indagar en la prensa de aquella época, se empapó de decenas de historias reales que merecían ser contadas y previamente se había estudiado concienzudamente el mapa de la ciudad de Las Palmas de principios del siglo XX. Un trabajo de investigación formidable que ha desembocado en una novela que abarca los años más negros de Canarias (desde 1918 a 1976) y que navega entre la realidad y la ficción. Su autora, Mayte Uceda, describe la novela como un “viaje emocional”.