El descubrimiento, fruto de dos estudios divulgados en sendos artículos, fue posible gracias a los datos que recogieron en 2012 los satélites de la misión Laboratorio Interior y de Recuperación de Gravedad (GRAIL, en inglés) de la NASA.
De acuerdo con el estudio del geólogo Brandon Johnson, de la Universidad Brown, el asteroide que creó el cráter Oriental impactó a 15 kilómetros por hora contra la Luna y tenía 64 kilómetros de diámetro.
Ese impacto creó un cráter cuyas dimensiones (entre 320 y 460 kilómetros de diámetro), que no coinciden con las actuales ya que se colapsó por las fracturas de la roca y sus temperaturas formando los tres anillos concéntricos visibles hoy en día.
[[DEST:“Grandes impactos como el que formó Oriental fueron los mayores impulsores de cambios en las cortezas planetarias del sistema solar. Gracias a los asombrosos datos facilitados por GRAIL, comprendemos mejor cómo se formaron esas cuencas, y podemos utilizar esos conocimientos a otros planetas y lunas“]], dijo Johnson.
Oriental está ubicado en el extremo suroeste de la Luna, en el límite de su cara visible, y es un modelo de estudio sobre la formación de cráteres.