ASTRONOMÍA

Lluvia de estrellas Leónidas en noviembre: cuándo y dónde se podrán ver

Este mes se podrá observar uno de los fenómenos astronómicos más impresionantes del año. Estas son las fechas y los lugares desde donde ver las Leónidas.

ondacero.es

Madrid | 01.11.2022 14:55

Lluvia de estrellas Leónidas en noviembre: cuándo y dónde se podrán ver | Pexels

Si atendemos al calendario astronómico, se podría definir a las Leónidas como las Perseidas del invierno. Se trata de la mayor lluvia de estrellas que ocurre en la época invernal, y durante varias jornadas se puede disfrutar de este espectacular acontecimiento únicamente mirando al cielo.

¿Cuándo podemos ver las Leónidas?

Las Leónidas son una lluvia de meteoros que se produce cada año entre el 6 y el 30 de noviembre, alcanzando un máximo de intensidad cada 33 años.

Este 2022, en concreto, la lluvia de estrellas fugaces tendrá su pico máximo durante la noche del 17 al 18 de noviembre, con la luna en fase menguante, lo que afectará a su correcta visualización.

¿Cómo se pueden observar?

Para tratar de observarlas mejor -a pesar de la luz de la luna- es recomendable mirar hacia el horizonte desde medianoche hasta el amanecer, en el lado opuesto a la luna llena para encontrar más oscuridad.

No es necesario utilizar telescopios o binoculares, ya que las lluvias de estrellas pueden contemplarse a simple vista. Sin embargo, es preferible situarse en espacios oscuros y con poca iluminación, como en la periferia de las ciudades o, mejor, en mitad de la naturaleza.

¿Qué son exactamente las Leónidas?

Los meteoros de las Leónidas son fragmentos del cometa 55P/Tempel-Tuttle, descubierto en 1865, y que tiene un periodo orbital de 33,2 años. Todos los años por estas fechas la Tierra atraviesa un anillo poblado con los fragmentos desprendidos del cometa, que entran en contacto con la atmósfera terrestre y crean un resplandor luminoso.

La tasa de actividad de estas estrellas fugaces suele ser entre diez y quince meteoros por hora.

¿Por qué se llaman así?

Su nombre se debe a que los trazos de los meteoros parecen provenir de la constelación de Leo. Así las bautizó Denison Olmsted, profesor de la Universidad de Yale, al observarlas y estudiarlas detenidamente.