Cómo hacer frente a las alteraciones intestinales que sufres cada verano
Cambios en la rutina diaria, nueva dieta con menor consumo de fibra, mala hidratación, alimentos en mal estado... todos estos cambios propios de la época veraniega pueden provocar problemas intestinales.
¡Nos encanta el verano! Pero es cierto que la subida de las temperaturas y el cambio de hábitos que la época estival trae consigo puede acabar pasándole factura a tu salud.
Que con la llegada del verano los problemas gastrointestinales aumenten no es ninguna sorpresa. Diarreas por alimentos en mal estado, estreñimiento ocasionado por una mala hidratación, cambios en la rutina diaria... en definitiva, alteraciones que pueden estropearnos las vacaciones o incluso hacer que acabemos en el servicio de urgencias de algún hospital.
Como en todo, la prevención es fundamental. Por ello, te contamos varios métodos definitivos para hacer frente este tipo de situaciones tan incómodas.
El estreñimiento
En verano, especialmente durante las vacaciones, nuestra rutina cambia de manera considerable y esto acaba dejando huella en nuestro intestino.
Acciones tan típicas en esta época como preparar el equipaje u organizar un viaje con nuestros amigos pueden elevar con cierta facilidad nuestro nivel de estrés, lo que acaba alterando los movimientos intestinales.
Como consecuencia, el síntoma más común que aparece es el estreñimiento. No obstante, también puede suceder todo lo contrario y acabar con un cuadro de diarrea.
Si a estos cambios le sumamos una dieta diferente a la que estamos acostumbrados, que supone un menor consumo de fibra y de agua, o una disminución de la actividad física, pasar a formar parte de ese 15% de españoles que sufren estreñimiento está garantizado.
Ahora bien, ¿qué hacer ante esta situación?
- Aumentar el consumo de frutas y verduras con alto contenido en agua y fibra
- Dejar los enemas y laxantes como último recurso
- Acudir al centro de salud para pedir ayuda si se han cumplido ya cuatro días sin conseguir evacuar
- Acudir al hospital si antes del cuarto día aparece dolor abdominal o cualquier otro síntoma preocupante.
La diarrea del viajero
La diarrea del viajero afecta a aquellas personas que viajan a países donde los alimentos y el agua tienen un alto riesgo de no reunir las adecuadas condiciones higiénico-sanitarias.
Se calcula que alrededor del 40% de los viajeros la experimentan durante o poco después de su viaje, siendo la causa más frecuente la contaminación por bacterias.
Los mejores métodos para prevenirla son los siguientes:
- Beber únicamente agua embotellada
- Consumir alimentos cocinados que aún estén calientes y escoger frutas que podamos pelar.
- Evitar el hielo en las bebidas
- No consumir comidas ni bebidas de vendedores ambulantes
- Evitar beber agua del grifo o de fuentes y comer verduras crudas
El corte de digestión
A pesar de que solemos relacionar el corte de digestión con aquella persona que se queda inconsciente dentro del agua tras entrar en ella de forma brusca después de comer, nada más lejos de la realidad.
Se trata de un síncope que es consecuencia de un cambio bastante brusco de temperatura. Este fenómeno se conoce verdaderamente como hidrocución y, con independencia de que tengamos o no el estómago lleno, puede darse también al beber agua muy fría.
No obstante, si al sufrir una hidrocución se pierde el conocimiento y sucede dentro del agua, existe riesgo de ahogamiento.
Las digestiones pesadas
Durante las vacaciones tendemos a llevar una vida más desordenada en cuanto a horarios y esto puede tener repercusión en nuestro aparato digestivo.
Ese delicioso bufet del hotel en el que queremos probar un poco de cada cosa, las fiestas de verano repletas de comida y bebidas... todos estos excesos de fritos, grasas y alcohol pueden provocar que tengamos digestiones pesadas y molestias estomacales.
Para prevenir esta sensación que tanto odiamos, te recomendamos algunos trucos definitivos:
- No recurras al empleo de fármacos
- Sustituye el postre por una pieza de fruta, preferiblemente piña, pera o manzana
- Acompaña la sobremesa de una infusión de manzanilla o menta-poleo para aliviar esa digestión pesada.
Además, durante la época estival, resulta fundamental mantener una adecuada hidratación, no solo para hacer frente al golpe de calor sino también al estreñimiento.
Por ello, frutas, verduras y sopas y cremas frías serán nuestros mejores aliados.