El telescopio Gaia fue lanzado en 2013 y desde entonces ha estado enviando información todos los días desde una distancia de un millón y medio de kilómetros detrás de la Tierra, en dirección contraria al Sol, y donde el campo visual está más despejado porque hay menos polvo cósmico que en el centro de la galaxia.
Sin embargo, la misión también ha enviado datos sobre nuestra estrella que ha permitido a los científicos estudiar su ciclo de vida y en qué momento de su existencia se encuentra.
Según publica el portal Xataka, los astrónomos se han basado en datos sobre la temperatura, tamaño y masa del Sol para hacer un cálculo más preciso.
Actualmente, el Sol tiene alrededor de 4.570 millones de años de existencia y continuará tal y como está ahora hasta que cumpla los 8.000 millones de años. Ese momento será el de máxima temperatura, cuando comenzará a aumentar hasta convertirse en una gigante roja (10.000 millones de años).
Después de llegar a ese ciclo, se enfriará y su final llegará convertido en una "enana blanca", según el portal.
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, está absorbiendo otras dos galaxias dentro de su proceso de expansión, según los datos que se publicaron este jueves.
"No hablamos de destrucción, sino del ensamblaje de una galaxia con la otra", explica en declaraciones a EFE uno de los responsables de operaciones de la misión Gaia en España, José Hernández. "Hemos descubierto el choque de la Vía Láctea con otras vecinas porque quedan trazos en las estrellas de esas colisiones", detalló.