Quiénes son los niños de San Ildefonso y cómo se eligen

Son varios los protagonistas de la llegada de la Navidad. Cuando empiezan a vender turrón en los supermercados, la publicación del tradicional anuncio de la Lotería de Navidad, el protocolo de petición de regalos a Papá Noel y a los Reyes Magos y las comidas y cenas de antes, durante y como epílogo a las fiestas.

Sin embargo, hay un momento principal que se repite cada 22 de diciembre y que da el pistoletazo de salida a la Navidad: la mañana en la que el ruido de las bolas girando en los bombos más conocidos del país, se fusiona con el cosquilleo en el estómago que surge cuando nos agarramos a la más mínima y remota posibilidad de que nuestro número se vea asociado a cualquiera de las bolas que nos muestran los niños de San Ildefonso.

Sin lugar a duda, la voz de estos niños es uno de los sonidos que mejor representa la alegría e ilusión que trae consigo la época navideña. Especialmente, las expresiones de nerviosismo de aquellos niños y niñas que se preparan para repartir felicidad un año más, con la responsabilidad que supone cantar los números lo más claro y alto posible.

Ahora bien, la elección de estos pequeños protagonistas no se deja en manos del azar, y tampoco se trata de cuestión de suerte.

Los niños y niñas de San Ildefonso deben contar con ciertas condiciones de comunicación y desparpajo, ya que resulta fundamental mostrar el suficiente dominio escénico para hacerse con las riendas del mismísimo Teatro Real.

¿Cómo se elige a los niños que cantarán este 22 de diciembre?

Los alumnos, que tienen entre nueve y 14 años, se presentan de manera voluntaria y, posteriormente, son seleccionados. Sin embargo, no todos tienen el suficiente talento para cantar la lotería: su voz debe ser clara y nítida, y deben vocalizar correctamente a la hora de cantar los números.

Cada octubre, los alumnos participan en una prueba para seleccionar a los niños cantores del próximo 22 de diciembre. Aunque muchos niños y niñas cuentan con bastante experiencia en cantar los números de la Lotería de Navidad, otros entrenan cada jueves y sábado durante los sorteos ordinarios.

Este último grupo, practica las rutinas que deben llevar a cabo durante la jornada del 22 de diciembre. De igual manera, son aconsejados por los educadores, con el objetivo de afinar y perfeccionar su importante tarea.

Curiosidades sobre los niños del Colegio San Ildefonso

Durante los ensayos, además de practicar la lectura de los números, los niños y niñas también trabajan otra habilidad fundamental de cara al sorteo: la manipulación de las bolas y de los bombos, con dos objetivos:

Por un lado, ganar destreza en sacar las bolas del bombo mientras cantan la cifra anterior. Por otro lado, las bolas tienen un tamaño tan pequeño que, para leer la cifra completa, se debe girar 180 grados aproximadamente, una habilidad que deben aumentar para conseguir mantener un buen ritmo durante el sorteo.

Otro dato curioso sobre su participación en el sorteo es su vestimenta. Aunque muchos piensan que visten con el uniforme que utilizan en el colegio, nada más lejos de la realidad.

Los niños del internado no cuentan con un uniforme escolar y, aunque los pequeños que asisten a este colegio público sí lo llevan, no es el que usan el día del sorteo.

Además, la elección del uniforme para cantar la Lotería de Navidad ha cambiado a lo largo de la historia, especialmente a partir de los años 80, cuando las niñas se sumaron al sorteo.

Desde este momento, han variado numerosos detalles de los complementos. Ya sea la utilización de gomas, lazos o diademas para el pelo, el uso de las pajaritas o corbatas, o el color de las medias de las niñas. Estos detalles, que se cambian cada 22 de diciembre, son lo que diferencian e identifican a los niños y niñas de San Ildefonso de una Navidad a los de la siguiente.

Asimismo, antiguamente, debido a que el Colegio San Ildefonso era un orfanato, los niños que empezaron participando en el sorteo no solían tener familia. Sin embargo, actualmente, y al contrario de lo que muchos creen, esta norma ha cambiado y, en el sorteo, suelen participar niños provenientes de todo tipo de entorno familiar.