Madrid | 12.12.2022 10:41
El Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad se acerca, y con él, la buena suerte para muchas familias españolas. El próximo 22 de diciembre, Loterías y Apuestas del Estado repartirá 2.408 millones de euros en premios.
A pesar de que todo el mundo desea ser agraciado con el 'Gordo', la alegría se mantiene al escuchar a los niños de San Ildefonso cantar cualquiera de los otros premios restantes.
Bien es cierto que las probabilidades de ganar la lotería son bajas. No obstante, no hay que perder la ilusión, ya que cuando menos te lo esperas, la vida te sorprende. Aunque sin duda, el que no se va a sorprender es Hacienda, que siempre gana llevándose un porcentaje por premio entregado.
Todo dinero que supere los 40.000 tiene una retención del 20%. Es por ello que los premios mayores como el 'Gordo', el Segundo y el Tercero, están obligados a tributar.
En cambio, aquellos premios de importe inferior o igual a dicha cantidad, no están sujetos al gravamen de loterías. En ellos se incluyen: los cuartos y los quintos premios, la pedrea y el resto de las aproximaciones e íntegros.
Hasta 2012, los premiados de los sorteos de Loterías y Apuestas del Estado estaban exentos de tributar, independientemente de la cantidad ganada, pero igualmente Hacienda cobraba un porcentaje a través del Impuesto de Patrimonio e IRPF. Sin embargo, esto cambió en 2018 tras la aprobación de los Presupuestos Generales de ese mismo año.
Con la reducción de Hacienda aplicada, esta es la cantidad total que recibirás en función del premio que hayas ganado:
Una vez se va a cobrar el décimo premiado, Hacienda, automáticamente, retiene el 20% que le corresponde, por lo que no hay que hacer ningún trámite para declarar el premio. Aún así, lo ganado en la Lotería de la Navidad debe ser incluido en el el apartado de Ganancias y Pérdidas Patrimoniales no derivadas de la Transmisión de Elementos Patrimoniales de la declaración de la renta.
De cualquier forma, el premio no se incluye en la base general del IRPF, por lo que este no afectará a la hora de pedir becas, prestaciones de asistencia u otras ayudas públicas que dependan de los ingresos.