Cuántas tablas se utilizan en el sorteo de la Lotería de Navidad: más de las que imaginas
¿Cuántas tablas caben en un sorteo que reparte ilusiones? Más de las que imaginas. Cada 22 de diciembre, la maquinaria del azar se pone en marcha con precisión y, entre números y bolas, las tablas juegan un papel clave. ¡Descubre cómo!
👉 Qué hacer si pierdes un décimo premiado de la Lotería de Navidad
👉 De dónde vienen los Niños de San Ildefonso de la Lotería de Navidad 2024
Madrid |
El bombo, las bolas y los niños de San Ildefonso son las estrellas del sorteo de Navidad. Pero, entre bastidores, hay algo que garantiza que todo funcione a la perfección: las tablas. ¿Sabías que no son una, ni dos, sino varias las que giran en este sorteo tan esperado?
Te revelamos el intrincado misterio de las tablas, las piezas invisibles que hacen posible que “El Gordo” y el resto de los premios caigan con toda la justicia y el orden que la tradición manda.
Las protagonistas ocultas: las tablas del sorteo
Para comprender la importancia de las tablas en este emblemático espectáculo, es fundamental trasladarnos al escenario donde todo sucede: el majestuoso Teatro Real de Madrid. Cada 22 de diciembre, este espacio se convierte en el corazón palpitante de la ilusión española. No se trata solo de repartir millones en premios, sino de desplegar un engranaje técnico tan preciso que roza la perfección. En esta orquesta de emoción y minuciosidad, los protagonistas indiscutibles son las bolas, los bombos y, cómo no, las tablas
Estas tablas, piezas rectangulares de madera meticulosamente diseñadas, cuentan con 200 orificios perfectamente alineados. Su función es esencial: sostener las bolas que se extraen del bombo, ya sean las que representan los números de los billetes o las que anuncian los premios, garantizando, de esta manera, que todo se mantenga organizado y visible a lo largo del sorteo.
Ahora bien, desentrañar cuántas tablas se necesitan en el sorteo de la Lotería de Navidad puede parecer un ejercicio matemático básico, pero detrás de esa simplicidad aparente se esconde una organización impresionante. Para empezar, hay que tener en cuenta las magnitudes que maneja este histórico evento:
- 100.000 números participan en el sorteo, desde el 00000 hasta el 99999.
- 1.807 premios se reparten, que van desde el codiciado Gordo, con cuatro millones de euros por décimo, hasta la pedrea, pasando por segundos, terceros, cuartos y quintos premios.
Cada número extraído del bombo grande se asocia a un premio sacado del bombo pequeño, un proceso que los niños de San Ildefonso cantan con precisión mientras depositan las bolas correspondientes en las tablas de madera. Sin embargo, es aquí cuando entra en juego un detalle técnico crucial: cada tabla puede albergar solo 200 bolas, lo que exige una gestión impecable para acomodar la inmensa cantidad de datos que produce el sorteo. Así, el cálculo es directo pero significativo:
- Para los 100.000 números se necesitan 500 tablas.
- Para los 1.807 premios, se utilizan 10 tablas adicionales.
En total, el sorteo requiere exactamente 510 tablas, siendo cada una de ellas un pequeño escenario donde se deposita, con cuidado casi ritual, la ilusión de un país entero.
La impecable gestión de las tablas: un engranaje digno de admiración
El manejo de las tablas en el sorteo de la Lotería de Navidad es un despliegue logístico que raya en la perfección. Todo comienza mucho antes del 22 de diciembre, con un protocolo exhaustivo que asegura la transparencia y la precisión del evento. Las protagonistas del sorteo, las bolas, son cuidadosamente elaboradas en madera de boj, un material conocido por su resistencia y durabilidad. Cada bola, grabada con láser para evitar cualquier alteración, pesa tres gramos y mide 18,8 milímetros de diámetro, asegurando uniformidad en cada extracción.
En el momento del sorteo, la coreografía está perfectamente sincronizada. Las tablas, esas discretas pero indispensables piezas rectangulares, se van llenando con las bolas que los niños de San Ildefonso extraen y cantan con su característico tono. Cada número y su premio correspondiente se colocan en los agujeros de las tablas con meticulosidad absoluta.
Una vez completada, cada tabla es retirada con extremo cuidado y queda bajo estricta supervisión, en un proceso diseñado para evitar errores o manipulaciones. Así, cada paso en el manejo de las tablas no solo refuerza la confianza en el sorteo, sino que añade un nivel de detalle artesanal que hace de este evento algo único e irrepetible.