Los trabajadores se han convocado hoy en las puestas de las diferentes sedes del Consell de la Generalitat para denunciar que desde el 1 de enero de 2013 no cobran ni un solo euro de las cantidades consorciadas con la gestión pública. Las protestas han dado su resultado porque han sido la llave para conseguir la primera reunión con los representantes del Consell.
Los trabajadores de estas empresas aseguran que no utilizarán a los ancianos y dependientes de rehenes como moneda de cambio de la negociación. De momento, son las familias, las sufridas y sacrificadas familias de este país, las que están asumiendo ese sobrecoste de mantener los servicios, no podemos olvidar que en muchas ocasiones, los ingresos de esas familias dependen precisamente de poder ganar un sueldo y salir a trabar mientras sus ancianos están bien atendidos en las residencias.
Hablando de prioridades, hasta el momento, la Generalitat solo ha demostrado que este sector no es prioritario en la lista de su plan de pagos, o al menos no lo ha sido hasta que sus trabajadores no han salido a la calle a armar ruido, como ocurrió con los farmacéuticos o muchos otros colectivos que han tenido que salir a la calle a protestar.
Mal gestiona una administración que espera que sus agentes sociales salgan a la calle a protestar para atender unos pagos que de antemano ya ha cobrado. El sector de la dependencia debe ser intocable especialmente para el que se ha venido a llamar “estado del bienestar social”. Aquí bienestar solo tienen unos, los únicos para los que no ha habido recortes, ni apreturas de cinturón, ni retrasos en el pago de nominas. Es evidente cuáles son las prioridades para nuestra administración.