Grandes cocineros (de ficción)
Desde hace un tiempo la televisión vive una fiebre culinaria que ya hubiese querido para sí Elena Santonja allá por 1984. Desde que Alberto Chicote llegó a los restaurantes de España a poner orden, y limpieza, el género de la cocina televisiva ha recobrado un inusitado interés en los espectadores que ha dado lugar a nuevos formatos, libros, adaptaciones de los propios programas y un largo etcétera. Pero ¿y la cocina en la ficción? ¿Es la sacrificada profesión de cocinero extrapolable a las series de televisión?
Lo es. Todavía no tenemos procedimentales sobre restaurantes, como los hay sobre hospitales o comisarías, pero las producción televisvas de ficción si que nos han regalado algunos personajes cuyas artes culinarias y su particular carácter, cómo no, se han ganado un hueco propio en la historia de la televisión. Es muy muy probable que para todos la primera de esa lista sea una joven que en su adolescencia estuvo traumatizada por su peso, y que sin embargo, en el momento de su vida en el que se pasa el día rodeada de comida luce una esbelta figura. Maníatica, impulsiva, controladora y perfeccionista, Mónica Geller, el personaje de Courteney Cox en Friends es probablemente la cocinera de ficción más conocida de los últimos años.
Para aquellos más seriéfilos, amantes de las obras prudentes y reflexivas, sabedores de que en una serie no sólo hay momentos de alegría y felicidad, quizá la referencia culinaria inicial sea Janette Desautel, el personaje interpretado por Kim Dickens en Treme. A pesar del devastador paso del Katrina y las terribles consecuencias que tuvo tanto para su negocio como para su vida personal Janette nunca se rinde y reclama un lugar propio en el complejo mundo de la crítica culinaria norteamericana. Y cuanto más se empeña el destino en ponérselo difícil, más ella se obstina en seguir siendo lo que quiere ser, una buena cocinera que lleve por el mundo el maravilloso arte gastronómico de Nueva Orleans. Aunque para ello haya que agachar la cabeza y volver a estar a las órdenes de algún excéntrico che.
Para Artie Bucco, el personaje de John Ventimiglia en Los Soprano, la lucha también era constante, aunque no por culpa de un huracán sino por sus mafiosos lazos familiares, los favores que debía y los clientes que debía de aguantar, sin saber si le pagarían o no después de degustar sus grandes creaciones de la cocina italiana. Dueño del Nuevo Vesuvio, Artie no tiene horarios, a veces ni siquiera un restrictivo menú, y debe plegarse a los deseos de aquellos que en algún momento le echaron una mano a la hora de levantar su propio negocio. Pan comido si se compara con la eterna guerra psicológica a la que le somete su esposa.
Algo menos conocida resulta Sookie St. James, el personaje interpretado por la gran actriz cómica Melissa McCarthy en Las Chicas Gilmore. Amiga inseparable de Lorelai Gilmore, Sookie es una cocinera algo despistada, que siempre necesita que alguien esté pendiente de sus hornos y sus cazuelas, pero que siente verdadera pasión por su trabajo, y por los proveedores que abastecen su negocio. Algo más particular resulta ser Lafayette Reynolds, el personaje de Nelsan Ellis en True Blood. Este es quizá el menos esforzado gastronómicamente de esta selección, ya que la selección culinaria del Merlotte’s es poco selecta y más bien propia del típico diner norteamericano. Sin embargo su particular carácter, así como su forma de vestir y su abierta homosexualidad hacen de él un personaje muy carácteristico, tanto en la cocina como en cualquiera de sus múltiples trabajos.
Pero las series de televisión no sólo han tenido grandes cocineros de carne y hueso. En South Park encontramos en sus primeras temporadas al controvertido James Chef McElroy. Por otro lado, uno de los personajes más queridos de El Show de los Muppets es el Cocinero Sueco, aunque probablemente también sea el más incomprendido. Y es que éste bigotudo y entusiasta chef no habla ni una palabra de ingles (o castellano, como se quiera ver) aunque si se entiende, viéndole, que es una clara parodia a todos los cocineros televisivos. Así que ya sea en serio, o de forma cómica, son muchas las maneras en las que el arte de la gastronomía puede llegar a nuestros televisores gracias a la ficción. Bon Appétit!!