FUGA DE CAPITALES
Aseguran nuestros los gobernantes que nuestra economía empieza a recuperarse, que se empiezan a ver, aquellos “brotes verdes” que acuñó Zapatero en una situación tremendamente agónica.
Los empresarios de la provincia de Castellón se sienten optimistas ante una situación que parece no acabar de remontar del todo, pero reconocen, que de optimismo no se vive, sino de políticas concretas que ayuden a generar empleo. La presidenta de la Cámara de Comercio de Castellón, Mª Dolores Guillamón, que precisamente no tiene pelos en la lengua, reconoce que en la provincia se ha producido una importante fuga de empresarios que buscan otros centros de producción, no solo por mano de obra más barata, especialmente por una menor presión fiscal para el empresario. Y es que difícil lo tiene el que arriesga con su trabajo y capital, si la carga impositiva de nuestra autonomía sigue en crecimiento progresivo, no solo para el empresario, sino también para el consumidor.
Los empresarios de la construcción de la provincia de Castellón reconocen que tras la crisis ha sobrevivido tan solo un 30% de las empresas de la provincia y reconocen que el gobierno poco hace con un sector al que se le ha cargado la responsabilidad de la crisis. Muchos empresarios de la construcción de Castellón soportan mantener una bolsa de vivienda, de muy difícil conversión en dinero líquido, pero muy cara de tributar, ya que en el último año en la provincia la tendencia de los ayuntamientos ha sido la revisión catastral y la subida del IBI.
Los constructores de Castellón no auguran más bajada de los precios de la vivienda y aseguran que el sector se está manteniendo actualmente de la promoción privada de viviendas unifamiliares. Eso da una radiografía del panorama después de la crisis, menos clase media con posibilidad de comprar vivienda versus una clase alta con mayor poder adquisitivo. Este es el desierto después de la crisis.