Ángel Ruiz define a Miguel de Molina como "un artista que ponía los pelos de punta" y destaca "el concepto impresionante del arte y de la escena que tenía". De ahí, que "haya decidido hacer este trabajo que tiene como objetivo que se le conozca más y que se le mitifique como se merece".
Además, recuerda una entrevista que le hizo Carlos Herrera en 1993, que reconoce que "le ha servido para documentarse", en la que el artista hablaba de su relación con Concha Piquer. Cuenta que "gracias a ella se desmintió esa hipótesis de que se fue de España por Concha" y comentan la anécdota en la que Miguel de Molina decía que "Concha Piquer cantaba muy bonito, aunque tenía problemas para moverse y bailar porque tenía un culo muy gordo por haber comido mucho arroz".