El alzhéimer, una enfermedad neurodegenerativa que no se cura y cuya causa se desconoce, se convirtió en el último gran reto de Adolfo Suárez y nubló su mente hasta convertir sus últimos años de vida en una página en blanco.
Esta enfermedad neurológica se caracteriza por el deterioro progresivo de las facultades físicas y mentales de quienes la padecen. Sus primeros síntomas son fallos esporádicos en la memoria y desorientación temporal y espacial. En una segunda fase, el enfermo pierde fluidez en el lenguaje y comienza a tener dificultades para realizar actividades cotidianas como vestirse o asearse.
En su fase más avanzada, la incapacidad es profunda y el paciente no puede valerse por sí solo. Desde que se diagnostica hasta el fallecimiento pueden pasar entre 10 y 15 años.
Este mal debe su nombre al neurólogo alemán Alois Alzheimer, quien lo describió por primera vez en 1906, después de estudiar el caso de una mujer de 55 años con demencia grave y, tras su muerte, examinar su cerebro, en el que encontró placas y estructuras fibrosas entre las células nerviosas.