No hay una receta canónica de sangría ni se debe preparar necesariamente con vino tinto y existen multitud de variantes, por ello no es considerada un cóctel. la Unión Europea reconoce a la sangría como cóctel con denominación de origen si proviene de España o Portugal y cualquier bebida que intente copiarla o se pretenda distribuir de forma similar, en otros lugares del mundo, debe llamarse “bebida aromatizada a base de vino”. Punto para la sangría, “la bebida de la alegría”.
A pesar de los puristas, la verdad sea dicha, el vino ha sido mezclado con otros líquidos por siglos y siglos, y hasta con especias. De allí que hayan surgido algunas combinaciones populares como el calimocho, el rebujito de feria o la sangría, aunque no se sabe con certeza de dónde proviene esta última.
En la antigua Roma era usual mezclar el vino con agua y especias para dar sabor y “curar los males”. Luego, en la Edad Media, estos caldos sufrieron cientos de variantes como el grog, una mezcla de ron rebajado con agua caliente azucarada que bebían los marineros ingleses para mejorar el ánimo en el mar; o el hippocras, una bebida hecha de vino, miel y especias, que tenía un fin similar, casi siempre asociado a las aventuras (o desventuras) de los militares o navegantes.
Algunos archivos indican que el objetivo era rebajar con una mezcla suave el ron o vino para que los soldados y marineros no se acabasen pronto las reservas de líquido, pero también existe la creencia de que estos hombres comenzaron a pasar estas mezclas en los barcos de forma inadvertida y de contrabando, para saltarse cualquier prohibición de beber alcohol. De este modo, simulaban zumo de frutas y distribuían la mezcla sin el permiso de las autoridades.
El registro más antiguo de la sangría, como la conocemos hoy en día se remonta al año 1788, cuando el padre español Esteban Torres escribió en su diccionario del castellano que la sangría era una "bebida inventada por los ingleses que se toma mucho en las colonias inglesas y francesas de América". A partir de esta idea, se cree que la primera vez que se escuchó de un líquido similar fue en Indias Occidentales británicas. La bebida también se popularizó, por aquel entonces, como la “limonada del vino” en algunas colonias españolas.