Son datos de la encuesta de pobreza y desigualdades sociales 2020, que ha presentado hoy la consejera Beatriz Artolazabal
Una encuesta que evidencia que la incidencia de la pobreza real continúa a la baja en Euskadi gracias a los servicios y programas de protección social, que según ha destacado la consejera de igualdad y políticas sociales han servido como muro de contención y han paliado los efectos económicos de la pandemia.
Otra de las conclusiones que ha ofrecido hoy la consejera es el incremento de la desigualdad. Según el informe, se aprecia un incremento de la desigualdad pero no por el empobrecimiento de las personas más desfavorecidas, sino porque “las personas más favorecidas se han enriquecido más”.
Por último, según ha detallado Artolazabal, este trabajo también ha querido medir hasta qué punto las carencias generales que se detectan en los hogares se trasladan a la población infantil donde residen. Con carácter general, los datos reflejados demuestran el “decisivo impacto” diferencial que tienen sobre la población menor la presencia no solo de situaciones de pobreza sino de otras formas de precariedad, como la ausencia de bienestar sin presencia de pobreza.
Aunque la evolución es diferente en función del tipo de problemática considerada, y a pesar de que en ningún grupo en función de su posición en la escala pobreza-bienestar se superan niveles del 25% de población menor afectada, el principal problema se vincula con el deterioro observado en el acceso diario de los grupos más desfavorecidos de la población menor a una comida proteínica y a frutas y verduras.
En estos indicadores, las cifras de 2020 muestran una incidencia máxima desde 2016. “Estos problemas están, sobre todo, en familias con menores procedentes de la inmigración”, ha concluido la consejera de Justicia, Igualdad y Políticas Sociales del Gobierno Vasco.