Este lunes comienza a sancionar el radar instalado en el Alto de Trabakua
Una vez finalizado el periodo de pruebas , este lunes el radar instalado en el Alto de Trabakua entrará en vigor y Tráfico comenzará a sancionar a los vehículos que superen la velocidad del 60 k/h.
El Alto de Trabakua es la principal vía de comunicación de los municipios de Ondarroa, Lekeitio y Markina, con el Duranguesado y Ermua, que es considerado uno de los puntos negros de la red viaria de Bizkaia. Bizkaia con cuatro accidentes mortales e infinidad de choques y siniestros en los últimos siete años.
7.700 vehículos al día
Es el primer radar de tramo que se ha instalado en el territorio y el único de este tipo instalado en Euskadi. El objetivo de este radar es tratar de evitar que los vehículos circulen por este punto negro a más de 60km por hora a lo largo de este trazado de tres kilómetros con un largo historial de accidentes. Para calcularlo, el radar de tramo cuenta con cuatro puntos de control. Dos en el sentido de la vía hacia el Duranguesado y otros tantos para los que se desplazan hacia la costa. Su estructura es diferente a la de los radares convencionales. Los medidores están situados en las cercanías de los túneles que existen en ambos sentidos. Dos son de blanco y negro, y las otras de color. Las primeras realizan una lectura de las matrículas. Tienen capacidad para obtener hasta 75 imágenes por segundo para fotografiar una placa. Los otros, que filman hasta la marca, modelo y color, tienen un alcance de 25 metros. Además, están dotados de luz infrarroja para captar a los automóviles independientemente de la luz ambiental.
Este radar del Alto de Trabakua fue solicitado a Tráfico por la Diputación de Bizkaia tras elaborar un estudio de siniestralidad en la zona en la que se han registrado, cuatro accidentes mortales desde 2015 y además de numerosas colisiones. Este Alto de Trabakua es la principal vía de comunicación entre Lea Artibai y el Duranguesado y registra una media de 7.700 vehículos cada día.
Un radar no convencional
El equipo, que ha exigido un desembolso económico ligeramente superior a los 100.000 euros, puede leer el 95% de las matrículas -incluyendo las extranjeras-. Además, tiene capacidad para detectar velocidades de hasta 250 kilómetros por hora, aunque con las características del vial resulta improbable que un vehículo transite a esa velocidad. A la hora de certificar su homologación, se ha prestado especial atención a la sincronización de los relojes instalados en los puntos de control que tienen que estar acompasados vía GPS y que permiten obtener la media de velocidad de los vehículos en el tramo controlado. Para ello, todos los dispositivos de geolocalización disponen de cronómetros atómicos de gran precisión. De hecho, en caso de no recibir la señal de los satélites, el sistema dejará de notificar sanciones. La limitación de velocidad se encuentra claramente señalizada en los dos carriles. A partir del lunes, los conductores que lo sobrepasen empezarán a recibir las correspondientes multas. «Con estos artilugios no vale con frenar en cada cámara, tampoco ir más rápido al principio para frenar después ya que más de uno seguro que hará mal las cuentas y acabará sancionado», explicaron a este periódico responsables de la instalación.