La investigación se llevó a cabo en el Laboratorio de Voz del propio centro médico y se analizaron 36 grabaciones de las participantes. Todas la participantes eran mujeres con el fin de homogeneizar la muestra, y tambien porque actualmente son ellas las que las practican con mayor asiduidad. Las irrintzilaris aprenden el grito ancestral por imitación y la técnica les sale de forma natural.
Además de tener un sello especial, los irrintzis alcanzan frecuencias e intensidades muy altas. El doctor Secundino Fernández en "MAS DE UNO BIZKAIA" ha señalado que tuvieron que separar un metro el micrófono para no saturar la señal del registro, y aún así superaban los 90 decibelios.
A pesar de ese volumen tan elevado, que en principio podría provocar patología vocal, no la produce en las irrintzilaris. De hecho, una de las principales conclusiones del estudio es la seguridad y eficacia vocal de este grito tradicional en la cultura vasca. «Utiliza los recursos fonatorios, sobre todo las cavidades de resonancia, de una manera muy eficiente, de tal forma que consigue frecuencias e intensidades altísimas sin daño para las cuerdas vocales», detalla el doctor Secundino Fernández