La víctima del crimen machista de Pontevedra denunció a su asesino en abril y su caso era considerado de "riesgo medio"
El presunto asesino, Guardia Civil de profesión, se suicidó horas después del crimen y tenía retirada el arma reglamentaria.
👉 Se suicida el guardia civil sospechoso de asesinar a su pareja en Pontevedra
La mujer asesinada este sábado en Oia (Pontevedra) presuntamente a manos de su expareja había presentado denuncia en abril y su caso era considerado de "riesgo medio".
Así lo ha trasladado este domingo la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, a las puertas del camping en el que trabajaba Ana Vanessa Serén, de 44 años, y donde fue asesinada presuntamente a manos de su expareja, un Guardia Civil que horas después de los hechos se suicidó al verse acorralado por agentes del Instituto Armado en un monte próximo al lugar del crimen.
La subdelegada del Gobierno ha explicado que la mujer había presentado denuncia el pasado mes de abril, lo que dio paso a un juicio rápido que concluyó con una sentencia de orden de alejamiento de 300 metros y prohibición de comunicación con la víctima.
Tras esta sentencia, Larriba ha señalado que los agentes de la unidad de la Guardia Civil encargados de este tipo de casos intervinieron en un total de 56 ocasiones para proteger a la víctima, una de ellas "muy recientemente".
En todo caso, según ha explicado, esto no quiere decir que el agresor incumpliera esta pena, sino que se trata de "seguimiento de la víctima para constatar que la persona condenada no está quebrantando la condena".
"Son seguimientos. No tienen que ver con los quebrantamientos. Es algo que se hace de manera normal, que forma parte de la protección", ha detallado.
Con todo, Larriba ha manifestado que "en ningún caso" la víctima "ha estado desamparada". "Todo lo contrario", ha afirmado antes de reconocer que "estas cosas suceden, lamentablemente". "Por muchos medios que pongamos, por muchos recursos...", ha lamentado.
La subdelegada ha asegurado que el presunto asesino, Guardia Civil de profesión, tenía retiradas las armas y únicamente prestaba atención a la ciudadanía.
Cuestionada por el arma del crimen, Larriba ha sostenido que no se trata de un arma reglamentaria, ya que, ha insistido, "no tenía acceso a ellas", por lo que "parece ser que es una escopeta o un fusil".