El estímulo de la promoción se desvanece en O Couto

El Ourense, que recuperó su versión más seductora, empata tras adelantarse por dos veces con los goles de Óscar Martínez y Javi Hernández

ondacero.es

Ourense | 31.03.2014 10:09

Ourense-Marino | Faro de Vigo

El estímulo de la promoción se desvanece en O Couto al mismo tiempo que el Ourense recupera su versión más seductora. El equipo rojillo necesitaba un partido redondo para adelantar a un rival en fase creciente y un gol a diez minutos del final frustró el intento de seguir a rebufo del vagón delantero. Los puntos que se fueron con el Marino agrandan la brecha con el cuarto puesto justo cuando el calendario se empina, pero el último domingo de marzo engrandece la reputación del grupo de Luisito. Si las últimas victorias solo habían dado motivos para temblar, el empate contra los asturianos no eclipsa el renacimiento del estilo constructivo.

El Ourense recuperó audacia y precisión en la propuesta asociativa. Tras semanas obstruidos, los mecanismos del gol se soltaron. La conexión entre Javi Hernández y Jaime Noguerol fue muy próspera y Óscar Martínez solo necesitó cinco minutos para culminar una combinación. El delantero ourensano acabó con su gafe tras 2.615 minutos de liga, pero su gol bautismal no tuvo la rentabilidad que el Ourense ha obtenido jornada tras jornada. El tanto confirmó eso sí las expectativas. Sería un partido entretenido sobre un césped que vuelve a ser transitable.

El Ourense y el Marino exponen en sus planteamientos. Se desprotegen para acumular recursos en ataque. Pevida empató a los 12 minutos tras la primera oleada asturiana. Buscaron con insistencia los flancos. Primero incordiaron a Álex Fernández y hacia el final del primer tiempo Luisito trasladó de banda a Iker Alegre para matizar las superioridades del rival.

El Marino remató otras dos veces a la red pero fueron anuladas por fuera de juego. El Ourense también coleccionó llegadas. Rafa Ponzo, otro de los porteros con jerarquía del fútbol de bronce, tuvo que intervenir en un centro de Noguerol envenenado por un defensa y al final de otra asociación entre el verinense y Javi Hernández que se disponía a rematar Óscar Martínez.

Tampoco le dejaron rematar en un avance portentoso de Adrián Cruz que acabó en apertura y centro de Iker Alegre. Óscar Martínez se desquitaría con una dejada que Javi Hernández convertiría en el segundo gol del Ourense. A los 26 minutos, el salmantino aplicó velocidad a un desigual cuerpo a cuerpo con el central que llevó al límite, hasta que se sintió en zona de tiro. El talento hizo el resto en un ajustado remate que primero dio en el poste. Esta vez el rebote tomó dirección de red.

La ventaja nunca estuvo segura porque el rival fue valiente y las estrategias siempre son una tortura para los rojillos. Capi lideró una retaguardia de circunstancias ante la ausencia de los centrales Portela y Moisés y con otro, Campillo, reciclado en la defensa del flanco derecho. El segundo balón, demasiados rechaces en la frontal francos para el Marino, sembró el pánico. Titi remató al exterior de la red en una contra al filo del descanso.

Quince minutos improductivos del segundo tiempo bastaron para abrir el turno de cambios. Quirós refrescó con Jandrín el ataque sobre el flanco protegido por Campillo en un movimiento que resultaría crucial en el desenlace del partido y Luisito optó por Adil para darle descanso a Óscar Martínez, que tuvo que ser atendido por molestias en el tobillo. Con la medular más poblada, Javi Hernández se ocupó de la referencia ofensiva. De inmediato, Espolita entró al campo como recambio del amonestado Álvaro. Los reajustes no aumentaron la frecuencias de las visitas al área.

Hubo intentos de larga distancia para Iker Alegre y Adrián Cruz sin suerte. Los dos se asociaron en una contra en la que el asturiano filtró un pase que el moañés no pudo concretar con su remate cruzado, cuando solo le quedaba el portero por delante. Adrián Cruz insistió con otro zapatazo que atrapó Rafa Ponzo cuando Gustavo Souto se había incorporado al plan de Luisito para sentenciar a la contra.

Pato controló sin mayores sustos las aproximaciones del Marino al empate hasta que Jandrín se abrió paso como un cohete por su flanco. El balón atravesó el área hasta que Titi la empujó a placer. El Ourense asumió el riesgo final con Borja Valle a cambio de Yebra. Tuvo el gol Gustavo Souto en el 87. En sus metros predilectos de campo, el vigués se hizo sitio entre los defensores y remató en giro un balón que atajó el portero en estirada. También el Marino quemó su último cartucho en el cara o cruz de un partido que tuvo como feo epílogo la expulsión de Iker Alegre por dos amarillas en tres minutos y una caída al borde del penalti de Pevida. El peor resultado para dos equipos valientes ya estaba dictado